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HISTORIA DE LA ARQUITECTURA SALVADOREÑA

Desde la conquista, América Latina, en cada proceso de transformación, ha absorbido ideas y expresiones culturales provenientes de la Europa conquistadora que han terminado influenciado nuestras propias expresiones culturales dando origen a una mezcla que combina las ideas importadas (o impuestas) con el amplio legado precolombino, no solo en las costumbres y tradiciones sino también en la creación artística. En El Salvador, como en todos los países latinoamericanos, las grandes transformaciones económicas y sociales han impactado de manera significativa la arquitectura y la configuración morfológica de las ciudades dando origen a importantes obras que reflejan gran parte de nuestra historia, sobre todo de nuestra formación como nación. Prueba de ello es el legado de la arquitectura de la época colonial, republicana y moderna.

En el lugar que dio origen a nuestra ciudad capital se pueden encontrar rasgos de la época colonial de la cual conserva el centro histórico la cuadricula como la manifestación más evidente de la morfología de esta época. Esta unidad de estilo colonial se fue desvaneciendo en El Salvador, como en cada país latinoamericano independizado, dando origen a modelos afrancesados, ingleses e italianos (Àdria, 1998) que conformaron la arquitectura de la época republicana. El eclecticismo y el estilo neoclásico, asociado tradicionalmente al liberalismo económico, político y filosófico, coincide en la región con el movimiento de independencia (Yánez, 1993) dando origen a edificaciones de gran valor arquitectónico y cultural que se pueden considerar expresiones de esta etapa motivada por una gran fuerza renovadora, característica de las naciones independientes que buscaban una nueva identidad.

Posteriormente, en las primeras décadas del siglo pasado, sobre todo en las décadas de los años cuarenta y cincuenta, una nueva arquitectura empezó a florecer en el país. Las nuevas técnicas constructivas, el auge del café, la corriente modernista proveniente de Europa y la influencia de la arquitectura que se estaba haciendo en México donde muchos de los arquitectos nacionales de la época se habían graduado, propiciaron en gran medida el surgimiento de esta nueva arquitectura que dio origen a ejemplos muy notables que se han convertido en referentes históricos de la arquitectura salvadoreña. Es en este periodo en el que quizá, desde mi punto de vista, se encuentra la mejor producción de la arquitectura salvadoreña como tal ya que a diferencia de la arquitectura republicana cuyos edificios eran copias pretenciosas de la arquitectura europea, en el modernismo salvadoreño, a pesar de la influencia determinante de las ideas europeas, se pueden encontrar rasgos muy particulares que obedecen a condicionantes locales y que por tanto le dan un carácter más salvadoreño a dichas obras.

Destacados arquitectos como José M. Duran y Ernesto de Sola, quienes diseñaron el edificio C.F. Veiga (1948) y el Edificio Central (1954) respectivamentede, son algunas de las figuras notables que lideraron el surgimiento de esta arquitectura que tenia como una de sus características principales una forma corpórea bastante densa y una relación desigual entre macizos y vanos o como dijo en un tono coloquial un estudiante de arquitectura de la Universidad de Delft, Holanda, en un intercambio con alumnos de la UCA; “una arquitectura parecida a la europea, solo que más pequeña y gordita”. No obstante, detrás de esta abstracción bastante elemental existe una explicación que esta estrechamente relacionada con las características sísmicas de nuestro territorio que condicionaron en gran medida la arquitectura de nuestro pais produciendo al final una arquitectura bastante densa que respondía a estas condicionantes y que poco a poco se fue convirtiendo en una característica instalada de nuestra arquitectura.

Uno de los ejemplos más notables de este periodo es el edificio Regalado que combina algunos elementos Art-Decó con una volumetria bastante bien equilibrada y coherente. Se puede notar en este edificio una horizontalidad bien marcada en el primer nivel que alberga el vestíbulo y una verticalidad ininterrumpida en el segmento de curva del extremo sur del edificio donde se encuentran las circulaciones verticales. Es a partir de la intersección de esta horizontalidad y verticalidad bien definidas que pareciera que empieza a generarse el edificio en una pugna entre la horizontalidad que definen la combinación de la loza y el barandal de cada terraza con la verticalidad de los macizos salientes y los vanos arremetidos que se combinan en una sucesión intercalada. En Los últimos dos niveles gradualmente termina prevaleciendo la horizontalidad, no tan domínate en los pisos intermedios, como equilibrio a un edificio que en su conjunto es un elemento vertical.

Uno de los aspectos más interesantes de esta arquitectura era la forma en la que resolvían las esquinas y como a partir de ellas se configuraba todo el edificio. Diseños como el del edificio Julia L. de Duke o el Cine Libertad son ejemplos donde se puede identificar la jerarquización de la esquina como el punto más importante del edificio en el cual se ubicaba el acceso principal como uno de los recursos de esta jerarquización. Otra característica importante, sobre todo en la primera etapa de este periodo, era la utilización de la curva como el elemento directriz a partir del cual se generaba toda la esquina. Otro de los ejemplos relevantes, dentro de estos edificios esquineros, es el ex Cine Apolo (1948), de estilo Art-Decó. En este caso también la esquina esta jerarquizada y caracterizada como el punto generador del edificio cuyas curvas proyectan líneas de tensión que se prolongan hasta ser interrumpidas en los extremos por elementos verticales sobresalientes que enriquecen la volumetría del edificio dándole equilibrio e integración con la colindancia.

Puede identificarse en este periodo, a partir de la década del sesenta, una segunda etapa más racional que tomaba el vidrio como uno de sus elementos más predominantes. Ejemplos de esta etapa son la Ex Biblioteca Nacional, La Imprenta Nacional y el Cine Darío en donde la esquina presenta variantes respecto a la forma tradicional de resolverla. Aquí la curva esta presente únicamente en el voladizo como recurso de integración con el eje peatonal, el resto de la forma responde a una superposición de volúmenes cúbicos que demuestran esta transición a la etapa más racional de la arquitectura moderna salvadoreña.

A pesar del abandono, la subutilización y la discusión extrañamente postergada de la riqueza arquitectónica de estos edificios es innegable el valor que tienen para la ciudad, no solo desde un punto de vista cultural o académico, sino también como potenciales elementos dinamizadores del centro. Es por esta razón que es indispensable su reutilización ya que reutilizar un edificio existente, aprovecharlo espacial, estructural y hasta simbólicamente, aun cuando esté en mal estado de conservación, en vez de demolerlo, sirve para afianzar la identidad de la ciudad, para aprovechar la memoria y complicidad que los habitantes tienen con ella. Porque la identidad de la ciudad y su desarrollo cultural, depende en gran parte de sus edificios antiguos, pues ellos representan la materialidad de la memoria (Cárdenas, 2007). Muchos de estos edificios representan una buena oportunidad para devolverle el uso habitacional al centro histórico de San Salvador o para instalar el equipamiento y los servicios que este uso necesita. Seria un fatal error no aprovechar el legado de nuestra historia para reivindicarla y potenciar el futuro de nuestra ciudad.

-ÉPOCA PRECOLOMBINA

Sitio arqueológico Casa Blanca

Una gruesa capa de arena bien compactada cubre seis pirámides que han ocultado por casi más de 3 mil años muchas evidencias de una comunidad indígena. Los seis montículos descubiertos están ubicados en un campo llano que se extiende al costado nor oriente de la ciudad de Chalchuapa, en el departamento de Santa Ana ; y a escasos 700 metros del parque arqueológico de Tazumal.

El elegante nombre de este sitio arqueológico, se debe al casco de la hacienda que estuvo localizado en donde ahora se encuentra Casa Blanca, este parque cuenta con una extensión territorial de 10 manzanas, las cuales son patrimonio nacional.

Casa Blanca forma parte de una compleja zona arqueológica que cubre unos 6 kilómetros cuadrados y que agrupa seis centros: Tazumal, El Trapiche, Victoria, Laguna Seca, Laguna Cuzcachapa y Casa Blanca.

Los descubrimientos encontrados en este sitio arqueológico se pueden detallar así:en las excavaciones más profundas –a4 metros sobre el nivel del suelo- salen a relucir bajo las gruesas capas de ceniza volcánica, los cimientos de los primeros templos eregidos que datan del período preclásico, es decir que son edificaciones construidas unos mil 500 años antes del nacimiento de Cristo. Y en las zanjas de menor profundidad aparecen los vestigios de las culturas nahuas, inmediatas a la llegada de los españoles al continente americano en el siglo XV.

De las excavaciones se extrajeron cientos de libras de tiesto y de cerámica, esculturas de piedras y cuchillos de obsidiana, de estos se seleccionaron algunos para restaurarlos, los cuales están siendo exhibidos en el museo del parque.

Sitio arqueológico Joya de Cerén

Un lugar único en toda Mesoamérica. Joya de Cerén es un sitio precolombino de El Salvador localizado en el departamento de La Libertad que escenifica la vida diaria de los asentamientos indígenas antes de la conquista española el cual fue descubierto accidentalmente en 1976.

En los recorridos marcados por las estructuras descubiertas apreciará la cotidianidad de un pueblo maya agricultor que se vio obligado a abandonar sus hogares a causa de una fuerte erupción volcánica en el año 250 y nuevamente fue habitado en el año 400 rindiendo tributo a los gobernadores que habitaron el Sitio San Andrés, a tan solo 3 kilómetros de distancia.

Este es uno de los sitios arqueológicos más importantes dentro de Mesoamérica porque demuestra cómo era la vida para la gente. Muchos le llaman “La Pompeya de América” en comparación al sitio arqueológico de esa ciudad localizada en Italia.

El recorrido está compuesto por tres áreas de excavación donde visualizará diez estructuras separadas. En ellas verá algunos dormitorios, área de cocina donde se hallaron vasijas con restos de comida, platos de barro; también bodegas y terrenos de cultivos limitados con cercos de madera.

También podrá apreciar la estructura donde se supone que se realizaban actos religiosos, ritos y consultas al shamán o líder de la comunidad y también la casa de personas que gozaban de autoridad en el asentamiento.

Sitio Arqueológico Tazumal

A 80 kilómetros de San Salvador, Tazumal es un sitio singular que destaca las huellas dela civilización indígena que dominó nuestro país antes de la era colonial.

Tazumal, un “lugar donde se consumen almas” en lengua nahua-quiché, se sitúa en el corazón del municipio de Chalchuapa.

Esta zona está dentro del área arqueológica occidental con una superficie aproximada es de 10 km² y donde también se localizan otros lugares de igual riqueza histórica como Casa Blanca, El Trapiche y zonas aledañas.

Fue registrado formalmente en 1940 por el arqueólogo Stanley Boggs, quien tuvo la oportunidad de identificar 13 estructuras.

Este sitio comprende una serie de estructuras que fueron el escenario de un importante y sofisticado asentamiento maya que existió alrededor de los años 100 a 1200 d.C. el cual estuvo relacionado con Copán y con grandes influencias teotihuacana y tolteca.

Dentro de estas arquitecturas se localizaron sistemas de drenaje de aguas, tumbas, un juego de pelota, pirámides y templos que quedaron en completo abandono en el año 1,200 d.C.

La construcción es al estilo maya sudoriental elaborada con piedra y barro al que recubrieron con un repello de barro. Como trabajos de restauración fue que en los años cuarenta recubrieron las estructuras con cemento.

Con el pasar del tiempo las pirámides han estado expuestas a las inclemencias del tiempo que han obligado a las autoridades a cuidar con mayor celo las estructuras que han estado en riesgo de derrumbarse. Tal fue el caso del año 2004, cuando una parte de las estructura #2 se derrumbó y motivó a que se iniciaran excavaciones que solo confirmaron la pertenencia de este sitio al Imperio Tolteca.

Sitio arqueológico San Andrés

A 32 kilómetros de San Salvador, el sitio arqueológico San Andrés es uno de los vestigios más importantes de la época prehispánica de la región.

Según investigaciones científicas esta fue la capital de un señorío maya con supremacía superior a los demás asentamientos que rodeaban el Valle de Zapotitán entre los años 600 y 900 d.C.

Además se caracterizaba como un pueblo agrícola debido a la riqueza del suelo. La historia indica que este territorio fue desocupado por una enorme erupción en el año 250 hasta que nuevamente se volvió a poblar en el siglo V.

Las investigaciones y excavaciones en San Andrés han rebelado que este fue un centro político-ceremonial y hasta comercial, constituyendo una acrópolis indígena impresionante.

Los hallazgos arqueológicos de San Andrés demuestran que el asentamiento de San Andrés tuvo fuertes contactos con la civilización de Copán y Teotihuacán. Así mismo recibió bienes comerciados desde lugares tan lejanos como los actuales territorios del Petén guatemalteco y Belice.

El ocaso indígena de San Andrés fue a finales del siglo IX, entre los años 900 y 1200. Después de la conquista española, las ruinas se encontraban dentro de una hacienda dedicada a la ganadería y la producción de añil (índigo). Pero a causa de la erupción del volcán El Playón, en 1658 d. C., se sepultó y conservó casi intacto el obraje de añil de la hacienda, el cual todavía puede apreciarse.

Este sitio arqueológico se fundó en 1986 y amplió sus instalaciones en 1997. Cuenta con un museo distribuido en tres salas de exposición permanente, dos de carácter arqueológico que muestran el contexto geográfico de la zona y a las investigaciones en el sitio y la tercera sobre la época colonial.

Este lugar se constituye como uno de los Patrimonios Culturales protegidos por la Convención de la Haya de 1954.

Todo visitante puede recorrer las pirámides, el obraje y el museo de este sitio impresionante.

-ÉPOCA COLONIAL

CONCHAGUA

es un municipio de El Salvador que pertenece al departamento La Unión. Está limitado al norte por La Unión y su bahía, al sur y al este por el Océano Pacífico, y al oeste por San Alejo y El Carmen. El nombre es de origen lenca y significa «Valle estrecho».

Esta iglesia colonial fue construida en el año de 1693 por Wenceslao Ramírez y Antonio García. Es una joya arquitectónica!!!

Que hoy en día podemos decir que es obvio que el proceso de constructivo de esta preciosa joya colonial necesitó un alto grado de organización y control de la población; así como, de un prolongado esfuerzo técnico y de buena cantidad de recursos humanos. Pero dicho esfuerzo fue recompensado ya que para 1693 los Conchaguas terminaron una de las obras arquitectónicas más grandiosas y existentes medianamente en la zona oriental de país. Monumental templo con un significado grandioso desde el punto de vista pastoral ya que en esa región fue el primer templo católico al servicio de las tribus moradoras del volcán de Conchagua y sus alrededores. Fue hasta el año de 1966 que esta fue remodelada es con ayuda internacional y hasta el día de hoy conserva su fachada Considero necesario mencionar que dentro de la iglesia se pueden observar 20 imágenes originales traídas -hace más de 308 años- por los españoles, así como reliquias y utensilios utilizados para oficiar la misa. Las diferentes imágenes están colocadas en pequeños retablos de madera antiguos a los costados de la iglesia. A un lado de la entrada se exhibe la campana original de la iglesia que pesa alrededor de 22 libras.

Con 317 años de historia esta iglesia forma parte del patrimonio histórico y cultural de la ciudad, es uno de los atractivos para cualquier visitante y es un orgullo para los lugareños por su importancia histórica, religiosa y cultural.

PANCHIMALCO

La iglesia Santa Cruz de Roma, de Pachimalco, a sólo 17 kilómetros de San Salvador, es poseedora de gran valor estético, histórico y sentimental. Sus gruesas paredes de cal y canto y adobe han soiportado el peso de más de 350 años. Es excelente ejemplo del arte colonial en El Salvador.

En su interior se respira un aíre a madera y lozas añejas. Una serie de gruesas columnas de madera de caoba, con elementos fitoformes esculpidos en su parte superior soportan pesadas vigas del mismo material. Formando un techo artesonado, siguiendo los modelos de techo mudéjares andaluces.

Sobre las paredes laterales descansan al menos 8 altares barrocos, que un algunas vez estuvieron cubiertos por una fina película de oro. La pintura colonial puede apreciarse en diversos óleos, algunos de gran tamaño. Uno de los oleos cuenta en su parte inferior los créditos de quien mando a pintarlos y una fecha del siglo XVIII. La imaginería resulta no menos impresionante, expresiones barrocas como un Nazareno con su cruz a cuestas, vírgenes con expresiones sufrientes, ángeles y demás.

Pero sin lugar a dudas el altar mayor resulta impresionante, por su intrincada decoración, compuesta por varias hornacinas y columnas salomónicas. Todo el altar presenta motivos fito formes que reinvindican su estilo barroco.

La fachada de la esta iglesia, construida, al parecer en el siglo XVII, posee una mezcla de estilos renacentistas y barrocos -estilos desarrollados años antes en Europa-. El estilo renacentista se dilucida en los cuerpos de la fachada inferior y medio, separados horizontalmente por acentuadas cornisas que prestan armonía y equilibrio. El barroco, por su parte, es expresado en la concavidad de los nichos, pináculos y las volutas del cuerpo superior, que sugieren movimiento.

En el atrio de la iglesia se localiza el campanario, en el cual es posible apreciar una campana con fecha de 1563 (ver fotografía) con una extraño sello sobre el; lo que hace suponer que este poblado tuvo una templo anterior al que vemos actualmente. Según el historiador Jorge Lardé, Panchimalco "En 1550, tenía unos 300 habitantes y era un pueblo de encomienda que pertenecía a la Real Corona.

La iglesia de Panchimalco estuvo una vez retratada en los ya-no vigentes billetes de Colón, en la denominación de 2 cólones y actualmente se considera una verdadera joya arquitectónica nacional, en marcada por los peñoles de La Puerta del Diablo (estribación de la Cordillera del Bálsamo), que atrae a relativo número de turistas.

Iglesia de Suchitoto

La Iglesia Santa Lucia, construido en 1853, es uno de los principales atractivos de Suchitoto por su original estructura de la época colonial. Dentro de las características arquitectónicas más destacables encontramos su fachada posee arcos de medio punto con bellas molduras, el atrio presenta seis columnas de orden jonico. Posee dos torres de las cuales, en una ubica el campanario y en la otra unas barras metálicas que producen distintos sonidos, al centro en el frontón triangular, se encuentra un reloj muy antiguo, el capitel de este, esta coronado por una pequeña torrecilla.

Esta iglesia posee vetustos oléos, andas y urnas utilizadas secularmente para Semana Santa. Posee una capilla norte en honor a Jesús Crucificado y una capilla sur construida por Juan Santamaría y consagrada en 1902 al sagrado corazón. En la iglesia también puede apreciar la imagen de Jesús Nazareno cuyo escultor es Kirio cataño. En los pilares hay medallones importados de Italia. Esta iglesia es unos de los mejores ejemplos de arquitecturas antiguas en El Salvador.

Elegi la arquitectura colonial he hice una visita a Suchitoto para apreciar la Iglesia Santa Lucia y aqui estan algunas fotos que tome, ese dia fue viernes santo por lo cual había una procesión llamada las siete estaciones .

-ÉPOCA REPUBLICANA

Catedral de Santa Ana

La Catedral de la Señora Santa Ana, es la iglesia principal de la diócesis católica de Santa Ana, en la ciudad de Santa Ana, El Salvador. Este templo tiene la advocación de la Señora Santa Ana, la madre de la Bienaventurada Virgen María.Según la historia, en el mismo lugar en el que ahora se encuentra la edificación con estilo gótico – bizantino, se ubicaba la parroquia central construida entre 1575 y 1576, pero que fue semidestruida por un rayo en el siglo XIX.

En 1913 se consagró a Santa Ana como la “Patrona de los Partos Difíciles”, motivo por el cual hoy en día algunas mujeres que están a punto de dar a luz se encomiendan a su intercesión. Además, muchas madres acuden a la Señora de Santa Ana para presentar a sus bebés, a los 40 días de nacidos.

La Catedral de Santa Ana posee la figura de cruz latina, con tres naves. Una central, de 22 metros de largo y 22 metros de ancho, y las naves laterales miden dos metros de largo y ocho metros de ancho. Hay cuatro confesionarios hechos de madera, así como bancas y 51 hermosas lámparas.

La iglesia alberga 28 imágenes o estatuas entre las que destacan la Virgen de Guadalupe, San Roque, el Niño Jesús de Praga, San Blas, San Judas Tadeo, entre otros.

Las seis campanas de la iglesia fueron traídas en 1949 desde los Países Bajos, en el continente europeo. Están distribuidas equitativamente entre la torre norte, las cuales se activa manualmente, y las de la torre sur, que funcionan por sistema electrónico. Dichas campanas fueron nombradas como Joaquina, María y Ana.

Teatro Santa Ana

En el año 1890, la Junta de Fomento de Santa Ana que trabajaba para el engrandecimiento y ornato de la ciudad, inició el proyecto de creación del Teatro Nacional de Santa Ana. Bajo la promoción de un concurso, se eligieron los planos del ingeniero Domingo Call.

La construcción fue dirigida por los arquitectos Francisco Durini y Cristóbal Molinari y que a su vez contaron con los artistas italianos Luis Arcangelli, Guglieano Aronne, y Antonio Rovescalli, entre otros.

La obra dió inicio el 9 de Febrero de 1902 y finalizó en el año 1910. Se inauguró el 27 de febrero de este mismo año con la presentación de la Ópera Rigoletto, por la Compañía italiana Sinibaldi, siguiéndole las obras Lucía Lammernoor. Es declarado monumento nacional en el año 1982.

El Teatro de Santa Ana pertenece al género teatral llamado Proscenio (cuyo elemento distintivo es contener un arco que delimita el escenario y la audiencia). En su época de gloria (1910-1933) la bóveda del edificio estaba pintada con retratos de Rossini, Gounod, Wagner, Bellini, Verdi y Beethoven. Así mismo, a los lados del escenario había áreas destinadas para actos y fiestas.

El teatro cuenta con varias áreas: el vestíbulo, el Salón Foyer, la Gran Sala, el Escenario, los Palcos y la Terraza Española. También posee detalles arquitectónicos labrados con madera de árboles de caoba, adornos hechos de yeso y pinturas de artistas italianos.

El telón del escenario es del tipo boca excepcional de estilo Art Noveau, hecho por el artista italiano Antonio Rovescalli. Frente al escenario, junto a la audiencia, hay un espacio en desnivel en donde pueden colocarse orquestas. Así mismo, cuenta con tramoyas e iluminación. Las esculturas que rematan la fachada fueron traídas de Pisa (Italia), los muebles importados de Austria, Italia, Estados Unidos e Inglaterra. Los mármoles, linóleos, espejos y lámparas fueron traídas de Bélgica e Italia. Su costo total fue de 307,000.00 colones.

Teatro Nacional

Ubicado en el Centro Histórico, este tesoro arquitectónico albergó, desde el siglo XIX, personajes e increíbles acontecimientos que fueron sumamente trascendentales en la historia política de El Salvador. Inicialmente, este Palacio se construyó de 1866 a 1870 y un fuerte incendio acabó con las estructuras el 19 diciembre de 1889. Años más tarde, el gobierno de Pedro José Escalón, en 1903 realizó un concurso público para la nueva edificación del Palacio. El ganador fue el ingeniero José Emilio Alcaine quien propuso el plano iconográfico de la edificación, bajo la dirección del maestro de obra Pascasio González Erazo. Considerado el primer edificio de la República, también se le llamó “El Palacio del Café” ya que, a través de un Decreto Legislativo, se estipuló que por cada quintal de café exportado, se invertiría un colón por esa cantidad para levantar la obra. En total se utilizaron 50 mil colones. El pórtico principal está compuesto por seis imponentes columnas que combinan con las estatuas de Cristobal Colón e Isabel la Católica, donadas por el Rey Alfonso XIII en 1924. La arquitectura general de esta obra está definida por el estilo ecléctico el cual responde al orden jónico, corintio y romano de sus elementos. Esta preciosa edificación conserva la mayoría de materiales que le conforman: la cristalería procedente de Bélgica, el mármol importado desde Italia y la madera procedente de El Salvador. Con el pasar de los años este sitio pasó en abandono por largo tiempo; sin embargo, fue declarado Monumento Nacional en 1980 lo cual impulsó a que se realizaran trabajos de restauración para rescatar este tesoro histórico, para abrirlo al público en el año 2008. En su interior podrá recorrer más de 100 habitaciones donde apreciará la majestuosidad de sus diseños únicos e irrepetibles. Entre ellas, destacan las siguientes: Salón Rojo: en este lugar se celebraban los cócteles y festines políticos. En ella se encuentran los medallones que nombran a los 14 departamentos que constituyen a El Salvador. También están los retratos de emblemáticos presidentes tales como el general Fernando Figueroa, Francisco Morazán, Francisco Menéndez, Rafael Campos, el capitán Gerardo Barrios y Manuel Enrique Araujo quien, tras su asesinato en 1913, fue velado en ese mismo lugar. Salón Rosado: lugar en el que laboró la Corte Suprema de Justicia hasta 1974. En ella se conserva la pintura que destaca al primer escudo que nos declaraba como salvadoreños. Salón Amarillo: Lugar que era el despacho del presidente hasta 1930. En ella se desarrollaron reuniones de negociación y recibimiento de personas diplomáticas entre otros cargos. Salón Azul: El más importante ya que actualmente conserva los 28 escritorios y sillas originales y el área que se dejaba para la prensa nacional e internacional que presenciaban las decisiones de la Asamblea Legislativa desde 1906.

-ÉPOCA CONTEMPORÁNEA

Iglesia el Rosario

Desde 1971, la iglesia El Rosario es un patrimonio religioso de los salvadoreños como una de las últimas iglesias construidas en la capital, que conserva un diseño arquitectónico moderno, enriquecido con influencia europea y única a nivel del continente. Ubicada frente al parque Libertad es una edificación que mide 24 metros de ancho y 80 de largo cuya forma es oval sin columnas, con 22 metros de altura. Inicialmente, este sitio sostuvo la histórica Iglesia Parroquial de San Salvador, cuyo constructor fue el presbítero y prócer de la independencia José Matías Delgado en el siglo XVIII. Se dice que la edificación era a base de madera pero que, lamentablemente, fue consumida por un incendio, razón por la cual el arquitecto y escultor Rubén Martínez, diseñó una innovadora edificación en 1962. Martínez es el creador de monumentos importantes del país, como la Plaza de la Constitución, el Monumento a la Paz, y otras obras arquitectónicas. En comparación a otros templos, la iglesia no tiene pilares que obstaculicen la visibilidad de los fieles hacia el altar y las vistosas imágenes religiosas que destacan en su interior. Todo visitante apreciará sus singulares paredes de concreto visto, arqueadas por numerosos vitrales que colorean el interior sombrío del templo, elementos visuales que le dan una riqueza increíble a los atardeceres capitalinos. Su forma es más la de un hangar de aviones que la de una iglesia tradicional Además, esta extraordinaria edificación guarda un estilizado vía crucis hecho a base de hierro negro forjado sobre cemento y piedra pómez elaborado de una manera extraordinariaque suscita a la contemplación artística de cada una de las piezas. A la fecha, en la iglesia El Rosario descansan los restos de próceres como los hermanos Aguilar (Nicolás, Vicente y Manuel), elementos que hacen de este templo un Bien Cultural protegido por la convención de la Haya y consagrado como Lugar Histórico según el decreto #38 de la Asamblea Legislativa en 1972. Además, este templo es reconocido como una de las edificaciones icónicas del Centro Histórico de San Salvador, no solo por los acontecimientos relevantes, sino por su singular diseño arquitectónico que representa una importante manifestación artística de nuestro El Salvador impresionante.

Catedral Metropolitana

Se dice que, a finales del siglo XVI, se elevó una Iglesia dedicada al Divino Salvador del Mundo en el misterio de su Transfiguración, pero los constantes temblores no permitían ampliarla ni conservarla. Conocida como la “Parroquia de San Salvador” o también como “Parroquia El Sagrario” tenía como curas rectores a José Matías Delgado y a Nicolás Aguilar en 1808, quienes históricamente se conocen como los próceres independentistas. Según los registros, fue elevada a catedral en 1842. A causa de las inclemencias del tiempo, este templo se arruinó en abril de 1854 y las autoridades capitalinas se vieron obligadas a trasladarse temporalmente al municipio de Cojutepeque. Años más tarde, otro seísmo redujo a escombros lo que quedaba de la catedral en marzo de 1873. Esta vez, el gobierno eclesiástico se trasladó a la Nueva San Salvador. En septiembre de 1877, se tuvieron iniciativas de edificar esta iglesia por segunda vez. Esta se situó en la antigua ubicación del convento y templo de Santo Domingo al frente de la Plaza Barrios. Los datos históricos detallan que, en 1888, se inauguró el segundo edificio con estilo romano.Se construyó de maderas finas, algunas traídas del Líbano con el propósito que fuese más flexible ante los movimientos telúricos. Se caracterizaba por albergar bellas imágenes, ornamentaciones y retablos pintados por artistas salvadoreños. Sin embargo, se redujo a cenizas tras un imparable incendio el 8 de agosto de 1951. Desde entonces se reunieron esfuerzos para construir la tercera catedral de San Salvador. Se bendijo y se colocó la primera piedra en octubre de 1956. Los trabajos fueron atrasándose a causa del conflicto armado que vivió el país. No obstante, la obra se concluyó el 19 de marzo de 1999 consagrándose y dando apertura al culto católico. La Catedral presenta un esquema de tipo romano, de una sola nave atravesada por otras dos laterales formando una cruz de proporciones rectangulares que termina en un altar circular. Su arte fue forjado por Fernando Llort quien realizó una mezcla entre la cultura occidental con otros de raíces indigenistas, representando la integradora realidad cultural del pueblo salvadoreño. En el mural de cerámica se representa alegóricamente al pueblo de Dios, el nuevo hombre y nueva mujer con los instrumentos que se utilizan para su trabajo, también figuras celestiales como ángeles guardianes; la paloma, símbolo de paz y la representación de la última cena de Jesucristo. En su interior se sorprenderá al ver la belleza y a la vez la sencillez de esta edificación. Coloridos vitrales, ocho vistosos óleos que retratan la vida de Cristo en el área del altar traídos de Pamplona, España, e incluso cuatro preciosas esculturas de los evangelistas San Mateo, San Lucas, San Marcos y San Juan. En la parte central de la Catedral podrá apreciar la majestuosidad de la cúpula. En ella se representa al cielo como un paraíso en el que, junto a la Santísima Trinidad, San José y la Virgen María, participan de la bienaventuranza de los ángeles y personas de todas las razas y estratos sociales; se incluyen en ella animales y vegetación para indicar el carácter universal de la redención de Cristo. También podrá apreciar en una de sus capillas laterales la imagen con la advocación de la Madre del Salvador, perteneciente al siglo XVII. Ésta fue restaurada en territorio ibérico y fue donada a El Salvador por la Reina Sofía de España en febrero de 2001. Se recomienda que todo visitante complete su recorrido hasta la cripta en la que encontrará los mausoleos de autoridades religiosas y la sepultura de Monseñor Óscar Arnulfo Romero. Esta es un relieve yaciente de bronce de 2.50 metros hecho por el escultor italiano Paolo Borghi. La obra representa al obispo “durmiendo el sueño de los justos”. Le custodian los cuatro evangelistas, como “guardianes del profeta hasta la segunda venida de Cristo” que sostienen los extremos de un lienzo que representa la Palabra de Dios y sobre el que hay depositadas una palma y varias rosas. En la parte izquierda de la cripta está una sucesión artística de 14 misterios del viacrucis plasmados en pinturas de Luis Lazo en 2010. Así mismo hallará un destacable “Cristo Negro del Camino” en memoria de Mauricio Duke Carazo, quien falleció en un accidente carretera a La Libertad en junio de 1922. Esta fue una donación, en febrero de 2011, por parte de sus familiares y representa al Crucifijo del Santísimo Cristo de la Agonía de Limpias. Anualmente, esta impetuosa edificación protagoniza “la bajada” del Divino Salvador del Mundo, donde se celebra el misterio de la Transfiguración cada 4, 5 y 6 de agosto, fiestas patronales de San Salvador. En estas fechas, miles de salvadoreños se dan cita en el Centro Histórico para presenciar esta costumbre heredada.

Estación de tren Fenadesal

El 28 de Marzo de 1882, hace 125 años, en medio de una gran expectativa desembarcaron en el antiguo Puerto de Acajutla, procedentes de Inglaterra, las locomotoras que darían vida al más novedoso medio de transporte de nuestro país a finales del siglo XIX: el Ferrocarril.

El Diario Oficial publicó el día 12 de Mayo de 1882: "El retumbar de la máquina era un sonido ensordecedor, que asustaba a los curiosos, que entre asombros y risas veían como la locomotora se movía con lentitud, echando grandes cantidades de vapor", hecho que aconteció unos días antes a la esperada inauguración del servicio ferroviario.

La llegada del ferrocarril al país fue concebida como el despertar de la actividad comercial e industrial, que estimulaba el trabajo y el espíritu emprendedor de las empresas, lo que se consideró como una clara señal de progreso para El Salvador.

Fue el 4 de Junio de 1882, que el Presidente Rafael Zaldivar inauguró oficialmente el servicio del ferrocarril, con la llegada a Sonsonate de la primera locomotora que conducía un convoy de pasajeros y carga.

A partir de aquel día, la región fue ensanchada de una fuerza generadora de progreso y turismo que convirtieron a Sonsonate en paso obligado y lugar de estacionamiento del movimiento de carga y pasajeros, que por Acajutla entraban al país hasta llegar a la ciudad capital.

La máquina rodante constaba de dos locomotoras "American Type", de 16 toneladas de peso cada una; un carro para pasajeros de primera clase con ventanilla de vidrio y persianas, ventilación suficiente y cómodos asientos; un carro góndola con techo, descubierto a los lados; catorce carros pequeños de trabajo y un carro para rieles. Las tarifas de los pasajeros oscilaban entre seis centavos por kilómetro en primera clase, tres centavos en segunda y por la carga que tenía un peso de veinte quintales o cuarenta pies cúbicos de medida les cobraban veinte centavos por kilómetro recorrido.

Para atender las reparaciones de las máquinas y coches, el ferrocarril fundó su propio taller de mecánica en Sonsonate, considerado el más grande y completo del país; lo que se constituyó como una fuente de trabajo floreciente por un espacio aproximado de 80 años y se convirtió en el nervio de la actividad laboral para varias generaciones sonsonatecas.

Talleres, estaciones, edificios de vivienda y oficinas para los trabajadores fueron los espacios arquitectónicos que se hicieron necesarios para el funcionamiento del sistema ferroviario. El itinerario comprendía dos viajes redondos por día, saliendo de Acajutla hacia Sonsonate y viceversa, cuyo recorrido se realizaba en cuarenta y cinco minutos.

- ÉPOCA MODERNA

Torre CIty

Torre Citibank El Salvador (previamente Torre Cuscatlán y previamente Torre Democracia ) es una torre de oficinas ubicada en San Salvador, El Salvador. Es uno de los edificios más altos de la capital salvadoreña. Terminado en 1989, tiene una altura de 79 metros (259.1 pies) y cuenta con 19 pisos cada uno de aproximadamente 4 metros de altura.1

Ricardo Jiménez Castillo, quien es considerado uno de los arquitectos más representativos de El Salvador, fue el encargado de diseñar la torre. De acuerdo al gerente técnico de Grupo Bolívar, Óscar Cornejo, uno de los grupos encargados de la construcción del edificio, se utilizó el método de "mesas volantes", que consisten en estructuras de aluminio con madera que se rellenan de concreto” para edificar la construcción.

Está influenciada por un estilo moderno, diseñada con un exterior compuesto enteramente por vidrio reforzado y un interior formado por aluminio y hormigón armado. Una de las características más llamativas de su diseño son las tres estructuras diagonales que se mezclan a lo largo de la altura del edificio, que a su vez están coronadas con plantas. Existen opiniones que afirman que la torre guarda similitud con el que fuera el rascacielos más alto del mundo durante algún tiempo, la Torre Willis, no hay ninguna información que confirme esta aseveración.

El edificio que durante algún tiempo fuera el más alto de El Salvador, sigue siendo una de las torres más altas de la ciudad. Fue construido en un inicio para albergar oficinas gubernamentales en el período del presidente José Napoleón Duarte, y se denominó como Torre Democracia; pero debido a numerosos ataques por parte de la guerrilla durante el periodo de la guerra e intentos de derribo que solo acabaron con la mayor parte de su superficie exterior rota, entró en desuso, fue vendido posteriormente al Banco Cuscatlán en 1998 y cambió su nombre a Torre Cuscatlán, cuando el banco fue vendido al norteamericano Citibank en julio del 2007, que cambió por tercera vez su nombre a Torre Citibank El Salvador y pasó a ser la sub-sede regional de Citibank en Centroamérica.

Como diseño arquitectónico, la torre ha sido criticada por varios arquitectos locales, debido al empleo de vidrio en su superficie exterior y su emplazamiento a 45 grados respecto al norte, ambos factores potencian la incidencia solar al interior del edificio provocando temperaturas relativamente altas, este fenómeno que es intensificado por el efecto invernadero del vidrio, se corrige mediante la inyección de aire acondicionado pero debido al esfuerzo al que el equipo está sometido, el consumo energético es alto en relación al volumen que ocupa. Actualmente Citibank El Salvador únicamente utiliza los pisos inferiores para una de sus agencias, el resto está desocupado.

Torre Telefonica


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