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Artes visuales Costa Rica

ÉPOCA PRE- COLOMBINA

La historia precolombina de Costa Rica abarca desde el establecimiento de los primeros pobladores hasta la llegada de Cristobal Colón a América.

Hay evidencias arqueológicas que permiten ubicar la llegada de los primeros seres humanos a Costa Rica entre el 10000 y el 7000 a. C. Durante el II milenio a. C. ya existían pequeñas comunidades agrícolas sedentarias.

Entre el 300 a. C. y el 300 d. C. muchas comunidades pasaron de la organización tribal o gentilicia, basada en relaciones de parentesco, escasamente jerarquizada y de producción autosubsistencial, a una organización jerarquizada, con caciques, líderes religiosos o chamanes, artesanos especialistas, etc. Esta organización social surgió por la necesidad de organizar la producción y el intercambio y dirigir las relaciones con otras comunidades, así como las actividades ofensivas y defensivas. Estos grupos establecieron divisiones territoriales más amplias para producir más alimentos y controlar las fuentes de materias primas.

A partir del siglo IX ciertas aldeas crecieron en tamaño dando lugar a la época de los cacicazgos tardíos, que se prolongaría hasta el siglo XVI, con mayor jerarquización social y construcción de grandes obras de infraestructura

Colgante de oro que representa a un chamán, proveniente de la zona del Pacífico Sur de Costa Rica, de la cultura de Diquís, 700-1350. Museo del Oro Precolombino, San José.

La vasija de nardo, 500 - 1350, Costa Rica.

Algunas de las esferas de piedra que se encuentran en Finca 6 al cuidado del Museo Nacional de Costa Rica.

Pendiente de jade con forma de ave

Museo del Jade

Localización

País Costa Rica

CiudadSan José

DirecciónCostado oeste de la Plaza de la Democracia, sobre la Avenida Central.

Información general

TipoMuseo histórico, arqueológico y cultural

Coleccion(es)

  • Colección de objetos de jade (2500 piezas)

  • Colección de objetos de cerámica y piedra (6889 piezas).

Inauguración31 de octubre de 1977

Propietario(a)Instituto Nacional de Seguros

Información del edificio

EstiloArquitectura postmodernista

Construcción2012-2014

Arquitecto(s)Diego Van deer Laat

El Museo del Jade y de la Cultura Precolombina Marco Fidel Tristán Castro, llamado simplemente Museo del Jade, es unmuseo histórico, cultural y arqueológico ubicado en San José, Costa Rica, perteneciente al Instituto Nacional de Seguros (INS). Hasta el año 2014, su sede estuvo ubicada en la planta baja de la sede central del INS, en avenida 7, calles 9 y 11, luego de lo cual pasó a ocupar un moderno edificio de cinco pisos, localizado al oeste de la Plaza de la Democracia, construido con el propósito específico de albergarlo. Resguarda una colección arqueológica conformada por una amplia gama de artefactos de cerámica, hueso, madera, concha y piedra como estatuaria, metates, manos de moler y otros, sin embargo, su principal atractivo es la enorme cantidad de piezas arqueológicas confeccionadas con piedras semipreciosas conocidas en su conjunto como jade. En la actualidad se considera al Museo del Jade un importante promotor de la cultura costarricense.

Museo del Oro Precolombino

País Costa Rica

CiudadSan José

DirecciónCalle 5, entre avenidas central y 2, contiguo a Plaza de la Cultura.

Información general

TipoMuseo histórico, arqueológico y cultural

Coleccion(es)

Colección de objetos de oro (1600 piezas)

Colección de objetos de cerámica y piedra (2400 piezas).

Inauguración15 de setiembre de 1985

Propietario(a)Banco Central de Costa Rica

Información del edificio

Construcción1978-1982

El Museo del Oro Precolombino «Álvaro Vargas Echeverría», llamado simplemente Museo del Oro Precolombino o Museo del Oro, es un museo histórico, arqueológico y cultural ubicado en San José, capital de Costa Rica. Se encuentra localizado en un edificio subterráneo bajo la Plaza de la Cultura, en Calle 5, Avenida Central y segunda, en pleno corazón josefino. Dicho edificio es la sede permanente de las colecciones pertenecientes al Banco Central de Costa Rica, y alberga, además, al Museo de Numismática Jaime Solera Bennett. En 2012, el sitio web de viajes Trip Advisor otorgó un certificado de excelencia al Museo del Oro Precolombino.

El Museo del Oro Precolombino posee una extraordinaria colección de objetos elaborados en oro, los cuales reflejan lacosmovisión, la estructura social y la orfebrería de los pueblos precolombinos que ocuparon el actual territorio costarricense. La exhibición muestra el uso y la función de las piezas, la tecnología, así como la relación con la naturaleza y la vida diaria de estos grupos humanos.

Los artesanos precolombinos residentes en la zona que actualmente es Costa Rica, trabajaron el oro nativo de procedenciaaluvial, el cual se obtenía de las arenas de los ríos y las riberas de las costas, y se lavaba en bateas de madera. El arte del trabajo de los metales requería una habilidad particular, un aprendizaje largo y complicado, que realizaban especialistas a tiempo completo.

La colección del museo está constituida por 1600 piezas de oro precolombino que datan desde el año 500 hasta 1500 de nuestra era. Contiene también objetos precolombinos elaborados en cerámica y piedra, procedentes de distintas regiones geográficas del país: vasijas en formas diversas, objetos, estatuas y utensilios en piedra, utilizados en la vida cotidiana y ceremonial de los pueblos.

Esferas de piedra de Costa Rica

Asentamientos cacicales precolombinos con esferas de piedra de Diquís

Nombre descrito en la Lista del Patrimonio de la Humanidad

Parte de las esferas retornadas a Osa, en el Parque de las Esferas.

Esferas de Diquís

País Costa Rica

Tipo Cultural

Criteriosiii

N.° identificación1453

RegiónLatinoamérica y el Caribe

Año de inscripción2014 (XXXVIII sesión)

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Esfera de piedra en el Museo Nacional de Costa Rica, parte fundamental de la arqueología, del imaginario colectivo e icono de la identidad nacional.Esfera precolombina de piedra ubicada en la embajada de Costa Rica en Washington (EE. UU.) como símbolo de identidad nacional.Escultura de Ibo Bonilla basada en las esferas precolombinas y la Flor de la Vida. Con 18m es la más alta de Costa RicaImagen Cósmica, obra sobre el misticismo aborigen, Museo de Arte Costarricense, San José, Costa Rica, escultura de Jorge Jiménez Deredia.Esfera precolombina de piedra, ubicada en la Universidad de Costa Rica como símbolo de tradición y sabiduría ancestral.Parque escultórico en Valdesol, cosmogonía ancestral interpretada con figuras precolombinas de Costa Rica, obra de Rafa Víquez.Conjunto escultórico-arquitectónico en Plaza de la Justicia , San José, basada en los sólidos platónicos. Obra de Ibo Bonilla

Las esferas de piedra de Costa Rica son un grupo de más de quinientas petroesferas ubicadas principalmente en el sur de Costa Rica en la llanura aluvial del delta del río Diquís (confluencia del río Sierpe y el río Grande de Térraba), en lapenínsula de Osa y en la Isla del Caño. La zona pertenece al distrito de Sierpe, en el cantón de Osa.

Las esferas se conocen localmente como las bolas de Costa Rica. Como conjunto, se consideran únicas en el mundo por su número, tamaño, perfección, formación de esquemas organizados y abstracción ajena a modelos naturales.

En 2014, la Unesco eligió el conjunto de asentamientos cacicales precolombinos con esferas de piedra de Diquís como Patrimonio de la Humanidad.1 El 16 de julio de 2014, la Asamblea Legislativa de Costa Rica las declaró símbolo nacional del país.

Museo Nacional de Costa Rica

Información general

Coleccion(es) Historia Natural Arqueología Historia

Director(a) Cristhian Kandler

Ubicación del Museo Nacional, San José, Costa Rica

ÉPOCA COLONIAL

Durante el período colonial 1573-1821 , el territorio de la actual Costa Rica formó parte del Virreinato de Nueva España, y fue desde 1574 la dependencia más austral de la española Capitanía General de Guatemala, Intendencia del Virreinato Neo español, situación en la que permaneció hasta su independencia.

La lejanía de la ciudad de Guatemala y su carencia de riquezas agrícolas o mineras provocaron que se encontrara en total abandono por parte de las autoridades españolas de México y Guatemala, sin embargo esto facilitó que Costa Rica se desarrollara con mucha mayor autonomía que otras provincias de Centroamérica. El interés relativo que mostraron los colonizadores hacia esta región modificó algunas de las situaciones características que se dieron en otras naciones, dotando a Costa Rica de algunas peculiaridades, por ejemplo algunos estudiosos, entre ellos Carlos Gagini y Roberto Brenes Mesén, sostienen que parte de la idiosincrasia nacional se formó durante esta época colonial, en donde las privaciones de tipo material eran el común para todos y al no haber una fuerte mano de obra indígena y africana, tanto el Gobernador Provincial como el más humilde de los campesinos, esclavos y amerindios, tenían que velar cada cual por su sustento y por el de sus familias, creándose así una sociedad más igualitaria y menos regida por castas. Nuevos estudios han demostrado que en la Costa Rica colonial, y sobre todo, a partir del siglo XVII, se empezó a cimentar una marcada diferenciación social, con una élite comercial y terrateniente que manejaba a antojo los hilos de la economía y la política interna.

Iglesia colonial de Nicoya (1644), la tercera más antigua del país.

Iglesia colonial de Orosi (1743), declarada monumento nacional.

El Teatro Nacional de Costa Rica es el principal teatro de Costa Rica. Se encuentra ubicado al costado este de la plaza Juan Mora Fernández en la ciudad de San José, en la Avenida 2, entre las Calles 3 y 5 en el distrito Catedral, San José. El Teatro Nacional es un edificio de arquitectura historicista terminado en el año de 1897. Se le considera uno de los inmuebles más importantes de la historia nacional, y principal joya arquitectónica de la ciudad de San José. Su construcción guarda un profundo significado dado que representa la decisión del costarricense a la hora de emprender acción y de la estabilidad económica (traída por la cosecha de café1 ) y política de la época en la que fue construido. Como institución, el Teatro Nacional promueve la producción de las artes escénicas de alto nivel artístico y conserva para el uso del público varias de las obras de arte más valiosas del país. Ha sido declarado monumento nacional, institución benemérita de las artes patrias y patrimonio histórico-arquitectónico de Costa Rica

ÉPOCA REPUBLICANA

Costa Rica es una de las democracias más consolidadas de América. Ganó reconocimiento mundial por abolir el ejército el 1 de diciembre de 1948, abolición que fue perpetuada en la Constitución Política de 1949.

De acuerdo al Índice de la Paz Global 2012 Costa Rica está en el tercer lugar entre los países más seguros de América Latina, superado solo por Chile y Uruguay, respectivamente y por delante de Ecuador; y en primer lugar según el Ranking de Seguridad de América Latina de Latinvex.

En el reporte del PNUD de 2013, Costa Rica fue el país que registró la mayor esperanza de vida de América Latina (79.4 años). Costa Rica es el país más democrático de Latinoamérica, según la Fundación Konrad Adenauer, debido a la alta participación de mujeres en cargos de elección popular, la abundante participación de partidos en el Congreso y la eficiencia y cobertura en los servicios de salud y educación.19 Es el país de América Latina y el Caribe, con el menor déficit habitacional, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y según latín Security índice, latín Business Chronicle (FTI Consulting), Costa Rica es el país más seguro de Latinoamérica. En 2014, el país se ubica en el primer lugar de América Latina en el Índice de Progreso Social y el sistema de salud del país fue calificado entre los cinco mejores del mundo según International Living.

Su índice de desarrollo humano de 2015 es el sexto mejor de Latinoamérica y el segundo en América Central.6 Para 2010, según el Índice de Desigualdad de Género Costa Rica es el país más igualitario de América Latina. En 2010 el PNUD destacó que Costa Rica está entre los pocos países que han alcanzado un desarrollo humano mucho más alto que otros países de su mismo nivel de ingreso.

-Fadrique Gutiérrez Flores

(Heredia, Costa Rica, 7 de septiembre de 1847-Esparza, Costa Rica, 5 de febrero de 1897) fue un escultor, pintor, arquitecto y militar costarricense. Personaje de tintes casi legendarios, se le considera el pionero de la escultura contemporánea costarricense. Su obra arquitectónica más conocida es El Fortín, icónico edificio de estilo colonial ubicado en la ciudad de Heredia.

La obra de Fadrique Gutiérrez ha sido dada a conocer gracias a una biografía suya escrita por Luis Dobles Segreda, bajo el nombre "Fadrique Gutiérrez: hidalgo extravagante de muchas andanzas". En la actualidad, se le considera un precursor de la escultura contemporánea nacional, pues fue el primero en utilizar la piedra como materia prima, esculpió el primer desnudo del arte escultórico costarricense y, aunque iniciado en el arte religioso, esculpió las primeras esculturas de temática laica. En su trabajo combinó técnicas tradicionales de la imaginería colonial con temas profanos y la piedra como material de trabajo, demostrando su proceso de evolución estilística y laicalización.

Su predilección por la escultura de desnudos y figuras de expresiones fuertes no fueron bien vistas por la sociedad de su tiempo, en el que predominó la escultura religiosa. Sus bustos de personajes y figuras decorativas también fueron vistos como rarezas. La mayoría de su obra se ha perdido o ha sido destruida, en parte porque en vida se le conoció más su faceta política y de imaginero que como artista y arquitecto. Sin embargo, su mayor obra de ingeniería, el Fortín de Heredia, persiste hasta nuestros días y hoy se le tiene por edificio icónico de dicha ciudad.

Entre sus obras conocidas que han llegado hasta la actualidad, figuran una talla de San Pedro ubicada en la fachada de la iglesia parroquial de Heredia; un San Juan de la Cruz y San Simón Stok, que le fueron encargados para la Iglesia del Carmen en Heredia y confeccionadas en los años 1861–1862; una Venus (el primer desnudo de la historia escultórica nacional), un busto de Próspero Fernández Oreamuno, y unEsculapio, conservadas en el Museo Nacional de Costa Rica; un Neptuno (talla directa en piedra, 1863), parte de una fuente, que pertenece a la Municipalidad de Heredia. Ejecutó en madera policromada, a la manera guatemalteca, más imágenes: "San Roque" (Iglesia de San Roque de Heredia), "San Isidro Labrador" (Iglesia de San Isidro de Heredia).

En lo arquitectónico, además del Fortín, fue el autor de la cúpula de la Catedral de Alajuela. La mayoría de su obra pictórica se ha perdido.

Dibujo de 1870 que representa a Fadrique Gutiérrez Flores, pionero de la escultura costarricense y arquitecto del Fortín de Heredia. Es la única representación que se conoce del artista.

-Época Moderna

-Enrique Echandi Montero

(San José 17 de febrero de 1866 –, ibídem, 19 de febrero de 1959) fue un pintor costarricense, famoso ante todo por sus retratos oficiales de presidentes de su país y por la representación no canónica del heróe nacional Juan Santamaría en su cuadro La quema del Mesón.

Después de terminar la primaria, Echandi ingresó en el Instituto Nacional de Costa Rica (años 1870), donde fue alumno de Enrique Twight (1825-1884), que daba clases de acuarela y de quien hizo un retrato al carboncillo, y Enrique Etheridge (1862-1893), que enseñaba dibujo y pinutra al óleo y pastel.1

Enrique Echandi viajó en 1886 a Alemania, donde estudió primero en la Academia de Pintura y Dibujo de Leipzig y después en la Escuela de Bellas Artes del Instituto Real de Estudios de Múnich (1888-1891). En ese país se casó con Katarina Maukisch, una pianista germana, el 30 de noviembre de 1890 y al año siguiente regresó a Costa Rica. La pareja tuvo cuatro hijo (Raúl Armando, 1892, fallecido a los tres meses; Guido, 1892-1919; Flora, 1894-1970; y Moraima, 1900-1973).

El cuadro de Echandi que más ha dado que hablar es probablemente La quema del Mesón, en la que el héroe costarricense Juan Santamaría es representado «como un mulato de ensortijado cabello (lo que apunta a la ascendencia negra de Juan), descalzo, y dando fuego al alero del Mesón con una larga caña como tea (símbolo de la libertad) en una de sus crispadas manos; ya manando sangre, evidentemente impactado por muchas balas». El óleo, expuesto por vez primera en la exposición nacional de arte realizada en el Edificio Metálico de San José entre el 17 y el 31 de enero de 1897 fue recibido de uñas por la crítica de la época. Así, Juan Vicente Quirós, escribió en el matutino La República, del que era director y dueño, que el cuadro era «no solo reprochable desde el punto de vista artístico, sino también desde el punto de vista patriótico» y, como muchos otros del salón, debería «ser condenado sin misericordia a las llamas», además, lo calificó de «caricatura».

Pintó retratos tanto particulares como oficiales, entre los que cabe citar los de los presidentes de Costa Rica José Joaquín Rodríguez Zeledón, Ascensión Esquivel Ibarra, Cleto González Víquez y Alfredo González Flores.

Echandi se esforzaba por darse a conocer no solo tomando parte en certámenes, sino también exhibiendo sus obras en las vitrinas de las principales librerías y farmacias de San José. Solo tuvo dos importantes exposiciones en vida: una compartida con Tomás Povedano en 1950, organizada por el Museo Nacional de Costa Rica, y la retrospectiva de sus óleos y dibujos en la Casa del Artista, en marzo de 1956.

Echandi, que además de la pintura y el dibujo cultivó la música, se dedicó también a la enseñanza, siendo profesor en los liceos de Costa Rica y de Heredia, en los colegios Superior de Señoritas y en el de San Agustín, así como en la Escuela Normal.

"Aunque nunca trabaja en la Escuela Nacional de Bellas Artes, a partir de 1891 da clases particulares a jóvenes que desean conocer sobre arte o didicarse a la pintura". Además, en su casa organiza reuniones culturales (noches culturales), "donde los asistentes exponen sobre sus más recientes conocimientos e intercambian opiniones; la esposa de Echandi ejecuta piezas musicales clásicas para deleitar a los convidados. Esta labor es trascendental porque en un medio tan limitado en lo cultural como lo es Costa Rica en esa época, esas reuniones deben haber sido el alimento espiritual que tanto necesitaban los intelectuales; es también antecedente del Círculo de Amigos del Arte", subrayan en su libro sobre Teodorico Quirós Floria Barriobueno y María Enriqueta Guardia.

Echandi murió en su ciudad natal, a los 93 años de edad, y está sepultado en el Cementerio General.

-Max Jiménez

(San José, Costa Rica, 16 de abril de 1900 - Buenos Aires Argentina, 3 de mayo de 1947) fue un escritor,novelista, poeta, periodista, escultor y pintor costarricense.

Hijo de Roberto Jiménez y Ana Huete, comenzó su carrera artística en el campo de la pintura y escultura en 1921. En París, hizo varias exposiciones de dibujos a pluma y esculturas en 1924 obteniendo buenas críticas.

La pintura de Max Jiménez está bastante relacionada con sus trabajos de escultura, principalmente por la creación de volúmenes muy semejantes y por el uso de la deformación, consciente, en la mayoría de las figuras. Sus temas y figuras son principalmente tropicales y su estilo difícil de clasificar se puede considerar vanguardista.

En 1925 por dificultades económicas tuvo que regresar a Costa Rica, siguió dedicándose a la pintura, y también comenzó a escribir artículos periodísticos destacando Arte y proletariado en 1926. Ese mismo año contrae matrimonio con Clemencia Soto Uribe y se instalaron en San Isidro de Coronado. Al año siguiente aparecieron varios artículos suyos en Diario de Costa Rica y enRepertorio Americano. En 1928 publicó su primera novela Unos Fantoches, donde desarrollaba una trama con un triángulo amoroso que provocó un gran escándalo hasta el punto de ser retirado de las librerías. Viajó a Europa buscando editor para su primer libro de poemas Gleba, que finalmente publicó en París.

En 1929 viajó a España y conoció a varios escritores e intelectuales, entre ellos Ramón del Valle-Inclán y Concha Espina, que lo presentó en su salón literario de los viernes y desde entonces la presencia de España en su poesía resultará inevitable. En 1930 publicó en Madrid su segundo libro de poesía Sonaja.

Empezaron a interesarle las técnicas de grabado en madera y viaja a Estados Unidos a estudiarlas en la Liga de Estudiantes de Arte de Nueva York. En 1938 comenzó a perfeccionar su técnica del óleo y empezó a innovar con materiales fabricados por él mismo. En 1939 viajó a París donde expuso diez óleos con gran éxito de crítica.

En 1943 viajó a La Habana donde se relacionó con diversos artistas y siguió pintando sus temas tropicales y temas de negros cubanos. Expuso en esta capital 14 óleos.

En 1945 regresó a Costa Rica donde hizo una exposición de 21 óleos, casi todos ya exhibidos anteriormente en Europa y Cuba, pero tiene una pobre acogida entre la crítica de su país.

En 1946 viajó a Chile y poco después a Buenos Aires donde murió en medio de una terrible crisis creadora y existencial.

El grabado

Se puede afirmar que el grabado de Max Jiménez, la mayoría de las veces, fue complementario de su obra escrita. Casi todos sus libros se encuentran ilustrados con xilografías y en muchos de los artículos que he reseñado he encontrado correspondencias entre el texto y el grabado. Max Jiménez utilizó el grabado como una expresión menor, cercana a su espíritu artesanal para plasmar, en tono detallista, algunos de los motivos que expresó en la pintura. La mayoría de las xilografías son proyectos desarrollados luego en óleos, y, algunas veces, hasta en esculturas.

Los principales, por su calidad y manera de expresión, son aquéllos que señalan dolor, o elementos eróticos femeninos, que sin llegar a lo grotesco, manifiestan deformidades internas por medio de contracciones físicas. La etapa más importante en la creación de grabados abarca de 1934 a 1938, según se puede observar por un estudio comparativo entre lo publicado e ilustrado con sus propios trabajos xilográficos. Yo encuentro que, en el grabado, Max fue totalmente expresionista y, algunas veces, incursionó por el surrealismo, logrando calidades insuperables en las ilustraciones de El domador de pulgas y El Jaúl. En los grabados que acompañan a varios de sus artículos aparecidos en Repertorio Americano predomina la fuerza de la expresión concentrada en los rostros, aunque las deformaciones son apenas perceptibles, apéndices de tropismos interiores o deformaciones visuales.

Los dibujos

De ellos he podido estudiar básicamente el catálogo de la Galería Zborowski, en la Biblioteca Pública de Nueva York, que recoge la exposición efectuada por Max Jiménez entre abril y mayo de 1942, que contiene 33 dibujos y esculturas y reproduce un grabado. También, en la Exposición retrospectiva de Max Jiménez, en junio de 1948, aparecen varios dibujos y se reproduce uno. En la Exposición Retrospectiva efectuada en 1965, en la que se expusieron varios de sus dibujos, podemos señalar algunas ligeras características en ellos, que vienen a ser un complemento a su obra de grabador y de pintor. Los dibujos son temas eróticos, estilizados, esto es decir: deformados, proyectados sobre la superficie con cansancio. Una exacerbación del tedio y una prefiguración de la muerte. Si en algunas obras está presente Picasso es en estos dibujos de Max. Juegos de claroscuro rodean al dibujo y también son comunes formas que se proyectan por medio de líneas delicadamente hirsutas.

La escultura

Privan en sus esculturas las figuras humanas, con esa tendencia a la deformación, y dándoles vida por medio de gestos inesperados, de separarlas de la imitación servil a la naturaleza por medio del quebrantamiento de formas y proporciones. En 1921 expone, en la Galería Percier en París, doce piezas escultóricas que obtienen una acogida favorable de dos notables críticos europeos: Maurice Raynal y Gustave Kahn, opiniones que fueron reproducidas por Repertorio Americano en ese mismo año. En Nueva York se encuentra, en el edificio de la IBM, en su Museo de Artes, una escultura que podemos ubicar en esa época o quizás inmediatamente posterior.

Max JiménezA partir de 1935 vuelve a esculpir con regularidad, utilizando sólo la talla directa, en madera y piedra, que reflejará, ya para siempre, su pensamiento en ese campo, el cual fue expuesto en un bellísimo artículo aparecido el 3 de octubre de 1937 en Diario de Costa Rica, y que, en un tono similar, se complementa con otro publicado en Repertorio Americano, de la misma fecha, que se titula: "Algo sobre escultura".

De sus esculturas y su contacto con el público costarricense queda el desagradable incidente que protagonizó su Maternidad al ser exhibida en la Universidad de Costa Rica, y el agravio que sufrió de los mismos estudiantes, al burlarse éstos y colocarle objetos inapropiados, para manifestar su incapacidad, o tal vez su impotencia, en reconocer el genio creador de Max Jiménez.

-Grupo ocho (la vanguardia Tica)

  • En 1950, Costa Rica vivió un proceso de modernización en lo político y en lo económico.

  • El instrumento de la modernización artística fue el Grupo Ocho, el cual se formó por iniciativa del arquitecto y pintor Rafael Ángelo (Felo) García, aunque sobre él gravitó la influencia de Manuel de la Cruz González, que también se integró como otro de los miembros fundadores. El Grupo Ocho estaba integrado por: César Valverde (1928-1998), Guillermo Jiménez (1922-1988), Harold Fonseca (1920-2000), Hernán González (1918-1987), Luis Daell (1927-1998), Manuel de la Cruz González (1909-1986), Néstor Zeledón Guzmán (1933), Rafael “Felo” García (1928). Posteriormente, se integraron al grupo los pintores Guillermo Combariza y Lola Fernández.

  • En 1958, Felo García expuso pinturas en el Museo Nacional, recién llegado de Inglaterra. Él había pertenecido en Londres al grupo New Vision, y practicaba entonces un expresionismo abstracto teñido de informalismo. Su exposición provocó escándalo. No obstante, la semilla de la ruptura con el arte regionalista quedó entonces más firmemente plantada que cuando lo intentó Max Jiménez en 1945. También Manuel de la Cruz González expuso en 1959 cuadros “revolucionarios” en el Museo Nacional. En el mismo año, Lola Fernández expuso, a su regreso de Europa, cuadros tanto abstractos como figurativos.

  • En 1960, se realizó una exposición de pintura y escultura al aire libre en Las Arcadas de San José. Aparentemente fue iniciativa de Felo García, aunque participaron Luis Daell y Claudio Carazo. La intención de acercar el arte a un público más amplio era manifiesta. El público josefino no pudo sino mirar con perplejidad aquellas manifestaciones artísticas tan ajenas a su cultura.

  • En 1959 se emitió la Ley de Creación de la Asociación de Autores de Obras Literarias, Artísticas y Científicas de Costa Rica, lo cual da un estatuto semi-oficial a la agrupación. Ese mismo año fue creada la Editorial Costa Rica. En 1961 se promulgó la Ley de los Premios Nacionales de Artes, Letras y Periodismo. Fue en medio de este clima oficial, que el Grupo Ocho realizó su primera exposición en diciembre de 1961, en las arcadas, frente al Teatro Nacional, que había abrigado las actividades del Círculo de Amigos del Arte. Lanzaron su Manifiesto en agosto de 1961 en la revista Brecha, y en diciembre de ese mismo año realizaron su primera exposición colectiva.

  • Solamente Guillermo Jiménez y Néstor Zeledón no estudiaron en el exterior. Dado que los demás sí, no intentaron establecer una continuidad con las tradiciones iniciadas por la generación de 1930, sino que trasplantaron soluciones formales que captaron en Europa y Norteamérica. Sus trabajos carecen, por tanto, del arraigo sociológico y cultural del que poseían obras de Quirós, Amiguetti o Zúñiga.

  • Se genera una pintura, a pesar de estar ajena a las manifestaciones del arte de postguerra, donde lo racional se impone a lo emocional; sin salirse de los temas ya tradicionales de la pintura local: el paisaje y los retratos.

  • Aproximadamente, en 1958, fue introducida una pintura de fuerte acento abstracto-geométrico o constructivismo, así como informalista y expresionista abstracta.

  • Expositores de la línea abstracta: Manuel de la Cruz González, Felo García y Lola Fernández (del Grupo Ocho), en la exposición del Parque Central en abril de 1960. Dicha exposición tenía la intención de mostrar el arte a todas aquellas personas que nunca entraban en una galería.

  • Con la aparición del Grupo Ocho, en 1961 se da impulso a las nuevas tendencias del arte con un fuerte énfasis en la no figuración.

  • Hablando del Manifiesto Futurista, Rojas dice: «Si bien este documento dista mucho de la realidad nacional, buscó renovar la situación del arte costarricense, así como reanimar el espíritu expositivo que había desaparecido desde el Noveno Salón Anual de Artes Plásticas en 1937.»

  • El Grupo Ocho no se puede definir como un movimiento que coincidiera en sus fines estéticos, pues encontramos tanto una orientación hacia la abstracción geométrica, como una tendencia encaminada hacia los movimientos de postguerra y, en especial, hacia el informalismo (expresionismo abstracto y abstracción lírica).

  • La intención de estos artistas fue la de imprimirle un dinamismo propio al arte costarricense, la cual fue frustrada porque sus creaciones no emergían de un sustrato socio-cultural verdaderamente costarricense. El error de los miembros del grupo estuvo en no tratar de establecer vínculos, si no en el arte que los precedía, al menos con la realidad social y cultural de su país. Querían romper con todo, pero no tenían mucho que aportar. Faltaba claridad en sus metas. Lo aplaudible de este grupo es que en aquel momento sacudieron el ambiente artístico, creando el espacio necesario como para que se manifestaran otros creadores que habrían podido verse bloqueados por la pintura tradicional paisajista.

  • Estos pintores nadaban entre dos aguas: venían a superponer a la realidad de un país subdesarrollado, y todavía muy aislado culturalmente de las metrópolis industriales, un lenguaje plástico que le resultaba totalmente ajeno, tanto más cuanto no se expresaban con verdadera convicción.

  • No se puede definir al Grupo Ocho como un movimiento o agrupación con los mismos fines estéticos, ya que había: 1. abstracción geométrica. 2. expresionismo abstracto y abstracción lírico como tendencia encaminada hacia los movimientos de postguerra y hacia el informalismo.

  • En los 60’s: Los artistas experimentan en diversas tendencias: Expresionismo abstracto, espacialismo, pintura de acción, abstraccionismo lírico. Una vez abandonadas las búsquedas estéticas dentro de la abstracción, hay una orientación hacia un tipo de pintura cuyo tema central habrá de ser el paisaje urbano, (…) un paisaje urbano marginal dominado por el elemento arquitectónico del tugurio (…) visto más desde la óptica de lo estético que como un elemento de interés social. Algunos artistas de esta tendencia desarrollaron una obra abstracto-geométrica, que recupera elementos de diseño prehispánicos y constituye así un valioso aporte. Sin llegar a los límites de la abstracción pura, se trabaja dentro de una simplificación de la forma cercana al cubismo. Otros elaboran una pintura esteticista dentro de una figuración y en torno a lo eterno femenino y los paisajes.

  • Pintura esteticista: se caracterizó por lo plano y el frecuente uso de tonos que van de los cálidos (rojos, amarillos) a los fríos (azules, violetas). Sobre esas superficies y empleando líneas negras como recurso de composición. Aparecen: mujeres lánguidas, desnudas o ataviadas con mantos, casi siempre solitarias o acompañadas de un niño, frutas o aves. «El mismo grafismo se emplea en paisajes, eternamente otoñales, de árboles desnudos y soles difuminados(…)»

  • Abstracción lírica: Denominador común: mancha y el gesto. «Se trabaja la superficie pictórica en función de lo asimétrico y la vacuidad, característica inherente a la pintura zen u oriental.»

  • «Posteriormente, la pintura se encaminará hacia una fase de geometrización con recurrencia al rectángulo, el círculo y el cuadrado, elementos dentro de los cuales se elaboran diseños indígenas o algunos simplemente abstractos.»

  • Inquietudes estéticas de escultores: no son distintas a los pintores del Grupo Ocho. La escultura toma un rumbo de contenido social, centrada en personajes de condiciones marginales. Una obra esencialmente descriptiva, que encontró continuidad en la escultura en los 80’s.

Rafael Ángel García Picado

(Paraíso de Cartago, Costa Rica, 30 de julio de 1928), conocido como "Felo" García, es un pintor, arquitecto y ex-jugador de fútbol costarricense. Se le considera uno de los fundadores de la pintura abstracta en Costa Rica. Por su obra, se le otorgó el Premio Nacional de Cultura Magón en el año 2008. Además, jugó fútbol profesional en Inglaterra, Cuba,Venezuela y Colombia.

Interesado en la arquitectura, en 1947 el gobierno de Teodoro Picado, familiar distante, le concedió una beca para estudiar en el Building and Arts de Londres, pero se la retiraron cuando estalló la Revolución del 48. Así, de Londres se fue a Cuba, donde comenzó su carrera como futbolista profesional y donde conoció a Manuel de la Cruz González, artista costarricense junto al que empezó a mostrar un mayor interés por la pintura como forma de expresión. De Cuba se Marchó a Colombia para continuar jugando al fútbol y ahí descubrió los tugurios de los barrios marginales de Cali y Medellín, motivo de interés para sus primeras pinturas. En 1951 regresó a Costa Rica en donde, además de futbolista, trabajó en el MOPT. Con Teodorico Quirós, arquitecto y paisajista, comenzó a pintar con mayor dedicación.

En 1954 vuelve a Inglaterra becado para continuar sus estudios. Allí encontrará la respuesta a sus inquietudes pictóricas en el expresionismo abstracto, movimiento a través del cual los artistas canalizaron sus sentimientos con obras donde lo importante son los elementos plásticos tales como el color, la línea, las texturas, el espacio y no la realidad objetiva. También formó, junto a otros estudiantes de su misma universidad, el grupo Nueva Visión con la intención de pintar, intercambiar ideas, criticarse y exponer en diferentes lugares.

En 1956 vuelve a Costa Rica, donde encuentra un panorama artístico estancado e intrascendente que no le atraía y más bien le produjo rechazo. Ya en 1958 inauguró una exposición, la segunda del arte abstracto realizada en Costa Rica, causando gran impresión en el medio. Años después el propio artista recordó el impacto espantoso que causaron las obras y como la gente incluso se había burlado de ellas, diciendo que no sabía dibujar.

Posteriormente con otros artistas forma el grupo Ocho, impulsando el arte abstracto y realizando diferentes actividades culturales que llenaron el vacío existente. En esa exposición de 1958 presentó obras relacionadas con el expresionismo abstracto y la pintura matérica, que emplea materiales no tradicionales como arenas, aserrín y yeso. Paralelamente empezó a desarrollar la abstracción caligráfica y gestual propia del "action painting", tendencias en las que se introduce a través del tema de la gran ciudad con sus rascacielos y edificios amontonados. Ya en Bahía dejó de ver ese interés por la pintura gestual, con pinceladas arrastradas y espontáneas y pintura estrellada contra la tela.

Su continua experimentación lo llevó a trabajar con materiales como resina quemada, como en su obra Galaxia (1963). También realizó obras con materiales de desecho (tuercas, láminas de metal, madera, etc). Con su impulso se creó en 1963 la Dirección General de Artes y Letras, de la que fue primer director. Gracias a su trabajo infatigable al frente de esa institución se incrementaron las actividades culturales en el país, que llegaron a prácticamente todo el territorio nacional. Comienza a pintar escenas de tugurios, mostrándonos su interés por lo urbano, que se liga a su formación como arquitecto y planificador urbanista. El tema central son los barrios marginales con casas de materiales muy pobres como cartón, latas o madera. No aparece ninguna figura humana, pero sí sentimos su presencia mediante elementos como la ropa tendida, los cables de electricidad y las luces. Estas pinturas no pretenden hacer denuncia social, la temática de vivienda pobre es para él un recurso estético.

Lola Fernández Caballero

(Cartagena, Colombia, 15 de noviembre de 1926) es una pintora colombiana-costarricense. Se le considera en la actualidad una de las personalidades más destacadas de la pintura costarricense, cuyo prestigio ha rebasado las fronteras nacionales. Su pintura se caracteriza por un perfecto equilibrio y un estudiado balance de formas y colores que pasa de lo sutil a lo violento, pero contenida y mesurada, y de una gran limpieza. Ha realizado múltiples exposiciones individuales y colectivas en diversos países de América Latina, Estados Unidos, Europa y Costa Rica.

Nacida en la ciudad de Cartagena, de padres colombianos, radica en Costa Rica con su familia desde los 4 años de edad. Sus estudios primarios los realizó en la Escuela Vitalia Madrigal, los secundarios en el Colegio Nuestra Señora de Sion y el Colegio Superior de Señoritas, en la ciudad de San José. En 1941 inició sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de Costa Rica, siendo sus maestros reconocidos pintores y artistas nacionales como Teodorico Quirós Alvarado, Francisco Amighetti, Manuel de la Cruz González, Margarita Bertheau, León Pacheco, Emma Gamboa, Carlos Salazar Herrera, Rigoberto Moya, Angelita Pacheco, Juan Manuel Sánchez Barrantes y Juan Portugués.

Sus cursos superiores los realizó en la Academia de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Bogotá, Colombia.

Estudió pintura en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica. Entre 1949 y 1950 se especializó en óleo y fresco en la Universidad Nacional de Bogotá.

De 1954 a 1958 cursó estudios de posgrado en la Academia de Bellas Artes de Florencia y viajó por Europa, Marruecos y Medio Oriente. En 1961 la UNESCO le otorgó un viaje de estudios por Japón, India, China e Indochina. Desde 1959 fue profesora en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica, hasta pensionarse.

En 1958 hizo una de las primeras exposiciones de arte abstracto en Costa Rica. Ha participado en exposiciones individuales y colectivas en Costa Rica, Colombia, México, Panamá, Alemania,

Suiza, Italia, Estados Unidos, Francia e Inglaterra. Entre los premios recibidos destacan el primer lugar del II Salón Anual de Artes Plásticas en 19731 ; el Premio Nacional de Pintura Aquileo

Echeverría en 1989; el premio Magón en 1995 y el Teodorico Quirós en 2007.

Manuel de la Cruz González Luján

(San José, Costa Rica, 16 de abril de 1909—22 de septiembre de 1986) fue un pintor yescritor costarricense, conocido principalmente por sus pinturas de arte abstracto, siendo uno de los primeros artistas en introducir el arte contemporáneo en su país. Recibió el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría de pintura en 1963, y el Premio Nacional de Cultura Magón, el máximo galardón de la cultura costarricense, en 1981.

Nació en la ciudad de San José el 16 de abril de 1909.

Entre 1928 y 1937, participó en las exposiciones de artes plásticas auspiciadas por el Diario de Costa Rica en el Teatro Nacional. En 1934 fue participante activo del Círculo de Amigos del Arte, que integraba un gremio de artistas e intelectuales, auspiciado por los pintores Teodorico Quirós Alvarado y Max Jiménez, y que reunía a connotados miembros de la élite artística nacional de la época, como Francisco Amighetti, Francisco Zúñiga y Juan Manuel Sánchez Barrantes. Este grupo promovió el intercambio de ideas, el enriquecimiento del pensamiento y la discusión y análisis de temas de actualidad.

Entre 1946 y 1947 fundó el Grupo Experimental, grupo de teatro conformado por estudiantes y profesores de la Universidad de Costa Rica. Este grupo representó obras comoEl paso de las aceitunas y el Mancebo que casó mujer brava, en el Teatro Nacional. También laboró como profesor en la Escuela de Bellas Artes.

Viajó fuera del país, a Cuba y Venezuela, donde conoció las corrientes artísticas del momento, estando en contacto con un ambiente más universal. Conoció artistas de relieve internacional, como Jesús Soto, Lía Bermúdez y Alejandro Otero. En Maracaibo fue profesor del Centro de Bellas Artes.

En 1961 fue uno de los fundadores del Grupo Ocho, conformado además por otros cinco pintores (Rafael Ángel García, Harold Fonseca, Luis Daell, César Valverde Vega yGuillermo Jiménez Sáenz) y dos escultores (Néstor Zeledón Guzmán y Hernán González Gutiérrez). La mayoría de sus miembros se habían formado en el exterior, por lo que el Grupo Ocho fue fundamental en el despegue del arte nacional, revolucionando la plástica costarricense con la introducción del arte abstracto, rompiendo de esa manera con el arte clásico que predominaba durante esta época. Dos años después, fue galardonado con el Premio Nacional de Pintura.

En 1964, junto a Carlos Moya, Rafa Fernández y Claudio Carazo, formó el Grupo Taller, al que luego se integraron Teresita Porras, Sonia Romero Carmona y José Luis López Escarré. Estos artistas participaron en múltiples exposiciones tanto en Costa Rica como en el exterior.

En 1971, durante la I Bienal Centroamericana de Pintura, expuso sus obras pictóricas abstraccionistas, poniendo en contacto, por primera vez, al público costarricense con elarte contemporáneo. Entre 1972 y 1973 fue profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Costa Rica. En 1981 fue galardonado con el Premio Magón, el máximo honor que otorga el Ministerio de Cultura y Juventud de Costa Rica.

Realizó gran cantidad de exposiciones individuales y colectivas en Costa Rica, Cuba, Venezuela y Estados Unidos, entre 1935 y 1986.

Falleció en su ciudad natal el 22 de septiembre de 1986. El Museo Histórico Dr. Rafaél Ángel Calderón Guardia bautizó con su nombre una de sus galerías.

Guillermo Jiménez Sáenz

(1922-1988) fue un pintor costarricense. Es uno de los iniciadores del arte abstracto en Costa Rica, pues integró, junto a otros siete artistas de su época, el denominado Grupo Ocho, uno de los movimientos artísticos más importantes de la historia del arte moderno de Costa Rica, en la década de 1960. Fue profesor, catedrático y vicedecano de la Escuela de Bellas Artes de Costa Rica, y docente en la Casa del Artista. Su obra se caracterizó por un grado de abstracción muy marcado, al aplicar en sus pinturas una combinación de planos geométricos.

César Valverde Vega

(San José, 8 de marzo de 1928 — ibídem, 3 de diciembre de 1998) fue un pintor, escritor y abogadocostarricense. Además fue planificador, funcionario público y diplomático. Fue uno de los primeros muralistas de Costa Rica e integrante del Grupo Ocho, grupo de artistas costarricenses que introdujeron el arte abstracto en Costa Rica en la década de 1960, lo que generó una revolución artística en el medio nacional. Profesor y luego director de artes plásticas en la Universidad de Costa Rica, fue viceministro de Cultura durante la administración de Rodrigo Carazo Odio (1978-1982), recibió el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría de pintura en tres ocasiones, y escribió varios libros, incluyendo una novela corta. Se le considera uno de los grandes maestros de la vanguardia del arte costarricense.

En mi pintura la mujer ha sido una constante. La forma femenina representa el género humano y sus formas me permiten resolver plásticamente mi ideal de la belleza.

César Valverde Vega

César Valverde Vega fue uno de los integrantes del Grupo Ocho, movimiento artístico que en la década de 1960 introdujo el arte abstracto en Costa Rica. Dicho grupo estaba compuesto por seis pintores (Valverde, Luis Daell, Harold Fonseca, Rafael Ángel García, Manuel de la Cruz González y Guillermo Jiménez Sáenz) y dos escultores (Néstor Zeledón Guzmán y Hernán González Gutiérrez). Este movimiento permitió un despertar del ambiente plástico en Costa Rica y tuvo una dura tarea en lograr que el público comprendiera y aceptara el arte contemporáneo.

La obra de Valverde se inició con la técnica del óleo, además de utilizar técnicas mixtas y serigrafías, centrando su expresión artística en la parte estética, de modo que las pinturas irradian orden, medida y ritmo consciente, buscando el ideal de belleza en contraposición a lo real y desagradable. Dentro de su actividad artística, la temática femenina fue una constante. Su obra pictórica mural es de gran relevancia. Valverde consideraba que el arte era patrimonio del pueblo, de modo que todos los costarricenses debían tener acceso al mismo, de allí la abundancia de sus frescos en varios muros de edificios públicos de Costa Rica.

Su labor como artista le deparó 11 premios nacionales e internacionales, entre ellos la Orden Cleto González Víquez del Concejo de San José (1997), que además le declaró Hijo Predilecto de la ciudad de San José, el premio Internazionales D'Arte e Cultura de Roma (Italia, 1994), el Premio Nacional de Pintura en tres ocasiones (1969, 1974 y 1984) y el premio Áncora (1980).

Realizó exposiciones de sus obras en el Museo Nacional de Bogotá, Colombia, el Palacio Iturbide en México, los Museos del Banco Central en Costa Rica, la Miraflores Art Gallery de Nueva York y la Casa Argentina en Roma.

Luis Daell

Luis Ávila Vega (Heredia, Costa Rica, 16 de marzo de 1927—1998), llamado por su pseudónimo, Luis Daell, fue un pintor costarricense, conocido principalmente por sus obras de arte en acuarela. Es uno de los introductores del arte abstracto en Costa Rica durante la década de 1960, como parte del denominado Grupo Ocho.

Estudió en la Academia de Bellas Artes de Costa Rica, siendo discípulo de los connotados artistas Margarita Bertheau, Fausto Pacheco y Teodorico Quirós. Allí, recibió un premio de pintura mural y otro de óleo.

Posteriormente, en la década de 1940, pasó a la Akron Art Institute de Cleveland, Estados Unidos, así como en el John Heagen College de Los Ángeles y en la Universidad de Cornell, lugares donde su pintura evolucionará a otras dimensiones. Fue miembro fundador del Grupo de los Ocho, grupo de artistas que introdujeron el arte abstracto y el arte moderno en Costa Rica a partir de 1961. Junto con Rafael Ángel García, fue uno de los fundadores de la institución que luego sería el Ministerio de Cultura y Juventud de Costa Rica.

Fue profesor del Departamento de Artes Plásticas de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica. En 1970, siendo director César Valverde Vega, fundó en dicha facultad la carrera de Artes Gráficas. Ese año, su obra Madonna ganó el primer premio en el Concurso de la Estampilla del Ministerio de Cultura. También incursionó en el arte muralista. En el Akron Art Institute, fue profesor de pintura mural. Uno de sus frescos, llamado El mercado, se encontraba en una pared del antiguo edificio de la Facultad de Bellas Artes. Dicha obra de arte fue destruida con la demolición del edificio. En Costa Rica también pinto el mural La piedad, con temática de la Guerra Civil de Costa Rica(1948).

Falleció en 1998.

La acuarela hay que lograrla de una sola pincelada.

Luis Daell

Su técnica preferida fue la acuarela, en la cual destacó su trazo firme y hace gala de un gran dominio y experimentación técnica. Utiliza atrevidamente el color, donde diluye el pigmento en zonas, lo que produce la impresión de aguadas o texturas variadas. Entre sus numerosos temas, destaca la representación de zona atlántica de Costa Rica, donde recoge el sabor caribeño de la provincia de Limón. También realizó cuadros en óleo y acrílico

Hernan Gonzales

1918 Nace el 31 de diciembre en San José.

1957-59 Inicia su aprendizaje como escultor bajo la guía de Harvey Fite en el Bard College de New York, E.E.U.U. Trabaja como asistente de este artista en su taller en Woodstock.

1959 Regresa a Costa Rica y establece su primer Taller en La Guácima.

1960 Participa en la Primera Exposición al Aire Libre efectuada en el Parque Central.

1961 Forma parte de la exposición del Grupo de Art Student League Woodstock, Nueva York. Al fundarse el Grupo Ocho se convierte en uno de sus fundadores. Escribe el manifiesto de la agrupación. Participa en la Primera Exposición del Grupo Ocho en Las Arcadas Participa en la Exposición de Artes Plásticas de los Primerosi Juegos Florales de la Asociación Nacional de Autores y la Ejai-torial Costa Rica. Obtiene el Premio en Escultura con su ( obra Retorno a la tierra, exhibida en La Prensa Libre. I

1963Participa en la Segunda Exposición anual del Grupo 8 en Las Arcadas.

1964 Con un grupo de artistas costarricenses expone en la muestra Modern artists of Costa Rica, una exhibición de pintura y escultura organizada por el Grupo 8. La muestra se exhibió en Nueva Orleans, Miami (Rogues Gallery) y San José. UNESCO le otorga la beca Oriente-Occidente. En Japón conoce al escultor Nagare Takamatzu con quien establece buena amistad. Visita la Bienal de Tokio, Japón. Expone sus esculturas en la Clínica Periférica "Dr. Ricardo Jiménez Núñez", de la Caja Costarricense de Seguro Social. Es nombrado Presidente de la Mesa Centroamérica para la Cuarta Conferencia Internacional de Escultura Fundida en Bronce, celebrada en la Universidad de Kansas en mayo. Por su exposición del año anterior obtiene el Premio Nacional de Escultura Aquileo J. Echeverría.

1968 Expone sus esculturas en la Clínica Periférica "Dr. Ricardo Jiménez Núñez" de la Caja Costarricense de Seguro Social. Es nombrado Presidente de la Asociación de Autores de Costa Rica.

1969 Por su exposición del año anterior obtiene por segunda vez el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría de Escultura. Representa a Centroamérica con la obra Unidad en la Exposición Hemis Fair efectuada en San Antonio Texas.

1970 Con la obra Potencia Germinal representa a Costa Rica en la Muestra Selectiva de la Escultura Mundial en Osaka, Japón.

1979 Esculpe su última obra importante titulada Apareamiento de las aves.

1982-86 Funge como Ministro de Cultura, Juventud y Deportes

1986 Muere el 14 de octubre.

SE ENTREGÓ a la escultura cuando ya frisaba los cuarenta años de edad. Nació en San José el 31 de diciembre de 1918. Había estudiado Derecho en la Universidad de Costa Rica; estuvo metido en política y fue ministro de Cultura de 1982 a 1986, y fue dirigente bancario. La vida de Hernán González es un reto y un ejemplo de honestidad consigo mismo. Abogado, economista, banquero, agricultor, lo deja todo buscándose a sí mismo. Encontró su modo creativo en la escultura. La fibra de creador que hay en Hernán no pudo ser ahogada por nuestro medio, pobre en estímulos, adoptando una posición superficial ante la vida —señala Norma Loaiza. Cuando empezó a tallar pequeñas piedras se sintió refrenado. "Tenía todavía el complejo del abogado, temeroso de expresarme", observa. Se fue a Nueva York a estudiar en el Arts Student League y allá trabajó dirigido por Harvey Fite quien lo posesionó de la destreza indispensable para enfrentarse a la talla directa y tratar las superficies de diferentes modos. Regresó a Costa Rica y montó su taller en La Guácima de Alajuela donde "repuse el tiempo perdido", según cuenta él. Seis pintores y dos escultores fundaron el "Grupo Ocho" en 1960. Hernán fue uno de ellos. Expusieron en Las Arcadas y en el Parque Central de San José, Hernán se dio a conocer como animalista. En 1963 ganó el primer premio de escultura en los Juego Florales que organizaron la Editorial Costa Rica y la Asociación de Autores. Sus obras premiadas "Hombre solo" y "Compañero del suelo" surgen de la roca viva, son la "petricidad" que hablaba Henry Moore. Precisamente fueron los Juegos Flores de 1963 los que nos unieron más. Hernán, ganador en escultura; mi libro La clara voz de García Monge, resultó honrado con la Medalla de Oro. Luego, algunas veces nos reuníamos en su casa en La Guácima de Alajuela para compartir algún vinillo y deliciosas viandas. Y, algunas veces, allá en su casa en Playa del Coco... Y en nuestras conversaciones lógicamente hablábamos de nuestra lámpara de la verdad: la escultura. ¡Qué difícil era mantener la ecuanimidad porque a veces coincidíamos, pero... también discrepábamos! A cada nada, la mente asaltada por nuevas preguntas y traicionada porque no nos poníamos de acuerdo. Pero predominaban los ojos del amor al arte escultórico, cercanos a la estimación de la sabiduría y la verdad que no acepta ningún insulto ni soporta ninguna mácula. Y la verdad predominó y nos unió pese a la mentira patriótica de un historiador, a la falacia amable, a la mentira próvida de un político. ¡Cómo sentí con él la muerte de su hijo! El dolor nos hermanó. Y cuando él fue ministro de Cultura nos distanciamos porque mi carácter me lleva a no frecuentar a mis amigos que ocupan el poder político. Hernán comprendió mi alejamiento. A veces, en alguna exposición, solía demostrarme el cariño que él sentía por mí junto con su esposa Evangelina. Sus primeras obras tuvieron un notable realismo: terneros, lagartijas, sapos, gallinas, peces. Prontamente penetró la "escultura esencial", simple pero significativa. Al año siguiente expuso en Washington D.C., Nueva 0rleans, Miami y San José. En 1966, exhibió parte de su obra en la Clínica del Seguro Social Dr. Ricardo Jiménez Nuñez. Luego viajó por Japón y la India en disfrute de una honrosa beca "Oriente-Occidente" que le otorgó la UNESCO, la cual le permitió visitar grandes centros de escultura en Nepal, Cámbodia, Egipto, Grecia y el resto de Europa. También ha viajado a México y Centroamérica, fascinado por el arte precolombino, tan rico en estética, tan amplio en sus concepciones. En la empresa artística de Hernán es fácil seguir el hilo conductor: parte del realismo y arriba a una concepción biomórfica esférica. A Hernán le seduce el material. Las figuras se hallan totalmente integradas en unidad. Es el acoso de esencias características. Paradójicamente concreciona lo humano con lo cósmico. Nuestro escultor prueba formas esenciales que expresa en términos filosóficos, eternos. En su "Agonía" se entretiene varios años. Esta escultura es hito en su producción. Parte del estudio anatómico del torso masculino. Distorsiona éste. Esculpe un cuerpo descabezado en tensión agónica en desafío a la ley de la gravedad. Se contrapunta esta pieza, en suavidad, con la "Mujer canoa". Reitera su empeño y sintetiza las formas: toca apenas el material. Extrae de él efigies inconfundibles. Es decir, su escultura rebasa toda definición. Puede comprobarse en algunas de sus obras típicas: "Atlas del pensamiento" y "La protesta". La primera: un homoide compenetrado en la mole. Un ser que sostiene en su macizo espaldar un universo. La segunda, un bloque monolítico, apenas figurado, una cabeza angustiada de mujer y un brazo tensísimo. Con obras como estas, Hernán —sin duda— descalibra con la "generación asimilativa" de los cincuentas y se distancia de la escultura anecdótica. Así, hermana con los escultores esencialistas. En tal acoso, vio coronados sus afanes al presentar, en 1968, su celebrada "Unidad". Con ella representó a Centroamérica en la HemisFair (San Antonio, Texas). Su "Unidad" reúne características esferoides. La forma esférica es, desde tiempos antiguos, un símbolo del mundo y de Dios. Hay en ella un sentido trágico de tristeza de los movimientos internos, pero, hay también, un balance optimista en el desarrollo hacia afuera. Como un gigante de piedra rotando lentamente en su pedestal, las convulsiones de sus contornos revelan la necesidad: describen formas de un danzante capturadas en un ritual antiguo. Hernán es aquí, en su pureza primitiva, y en su simplicidad, un escultor sofisticado que pertenece verdaderamente al siglo veinte— tal expresa Bil Bristow. "Unidad" es el puente de unión de su producción anterior con la que plasmará inmediatamente después, de pureza primitiva, precolombina. Preguntado al respecto, Hernán expresó: Unidad es una forma esferoide. Parte de la esfera como un todo o como un cero: es nada o es todo. Una bola es otra bola, es otra bola. Uno puede repetir las esferas bruncas hasta el infinito. Es cuestión de técnica. En tiempos precolombinos, las esferas bruncas probablemente tuvieron algún significado religioso que han perdido. La esfera es la abstracción cero. De ahí me vinculé con el pasado brunca, pero sin copiarlo. ¿Cómo?, buscando la perfección dentro de lo esferoide. La vida es esferoide, ovoide. La "Unidad" es el ser humano comprimido en la esfera, es la totalización simbólica de la humanidad. ¿Cómo evolucionó la escultura de Hernán a las formas esféricas? Hay una amplia perspectiva. Las esferas bruncas fundamentalmente y, sin duda, sus encuentros con Brancusi y Flannagan. De "Ternerito echado", o de su "Lagartija" —obras primigenias, arranca su liberación de lo convencional. Con ello, logra ponerse en la corriente que lo acerca a la escultura moderna. La simplificación y estilización se aprecian en su tercer ternerito "Aun húmedo", y en su "Pelea de gallos", en que ya las formas dejan de ser anecdóticas y se universalizan y eliminados los detalles, se da cabida a un regodeo a las formas puras, que pule cuasi con sensualidad. Un viaje de estudios a Japón y a otros centros mundiales de creación escultórica, y el ser honrado dos veces con el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría en Escultura, lo han abierto a la universalidad. Fruto de lo anterior es su "Unidad". También su "Potencia germinal" fuera expuesta en la Exposición Mundial de Arte (Osaka, Japón, 1970). La citada obra fue colocada junto con "The New Born", de Brancusi, obra fría por cerrada y pulimentada: un sólido ovoide puro el cual recuerda que la vida interior es incomparablemente más inefable que la expresión formal. Galardonada había sido también "El triunfo del huevo U", de Flannagan, otro ovoide, más rasgado: la cabeza de un polluelo en el momento de nacer. Flannagan harto evidencia su simbolismo anecdótico. Continuando con esta línea cósmica, "realista fundamental", darwinista, Hernán esculpió "El hombre caracol" en la cual la tensión rítmica acentúa el valor simbólico de la pieza, una forma dinámica embrionaria, la relación hombre-natura, una nueva concepción del brotar del ser. La evolución significa continuidad y perennidad. Hernán se ha liberado de esta manera de los consabidos convencionalismos de la escultura costarricense. Habiomorfizado, en ámbito universal, su escultura. Ello le ha valido ser la personalidad más definida de la escultura costarricense de los años cincuentas y sesentas. Evolucionó notablemente su obra, gracias a su poder creador innato, a su vasta cultura, y a su sólida formación artística. Además, a su inconformismo. En una de las tantísimas conversaciones que tuvimos me dijo: Yo he tratado de añadir una nueva dimensión a mis figuras: el movimiento hacia fuera, deviniendo del material que las contiene con lo que he logrado una comunicación intensa, algunas veces con quien las observa. Ese fue Hernán González, quien fue al encuentro de su destino en 1987"

Bocaracá

El grupo Bocaracá reúne en sus filas desde 1988 a once artistas plásticos que manifiestan en el arte costarricense la representatividad de las principales tendencias creativas actuales.

En tanto que artistas contemporáneos, inmersos en una realidad concreta, recogen las sensaciones estéticas de su entorno y las plasman en un producto artístico.

Sin duda que cada Integrante del grupo, según su propia experiencia, investigación, ángulo de acercamiento a esa realidad, dominio técnico y constancia, plasma de manera distinta su circunstancia. El resultado final tiene diferentes versiones de belleza, dramaticidad, comicidad, ironía, sarcasmo, idealización y novedad.

El producto resultante es diferente, según la personalidad e inclinación temático y formal de cada Integrante. Así, cada uno recoge det mundo que le rodea, una serie de sensaciones y con ayuda de su sensibilidad, las transmite creativamente. Algunas veces el proceso es más racional; depura la forma, la simplifica llega a una síntesis y otras el proceso es más sensorial, tamizado por la subjetividad y la emoción. Luís Chacón se inserta con naturalidad dentro de esta última tendencia. Su obra es emergente, sensual, envolvente y poética. Es una interpretación muy personal del paisaje costarricense. Maneja el concepto de la

pintura como deleite visual, del color como pigmento que construye la imagen y practica la simplificación de la forma como inspiración en el arte Etrusco y Precolombino, en lo que descubre que el realismo puede expresarse de una manera diferente. Su pintura es una mirada optimista proyectada hacia el paisaje, es futuro, es alegría de vivir. Al igual queLuís Chacón, Ana Martén, persigue el enigma simbólico de las culturas más antiguas de la humanidad. Chacón estudia en ellas la poesía con que expresan creativamente y efectivamente su sentir Martén posee uní gran inventiva para observar, recrear y transformar los elementos característicos de esas culturas y descubrir un mundo mágico, primitivo, mítico y su relación con el hombre y su entorno. Estos signos-sfmbolos, en las técnicas mixtas de Ana Martén, se integran al igual que el hombrea la naturaleza, crea un fluir natural entre magia y naturaleza. En los acrílicos de Pedro Arrieta, por el contrario, la presencia del hombre es tácita, es el ser humano destructor, antropofágico. Sus obras de ayer revelan una mirada nostálgica del paisaje, invadido por el vacío, silencio e inmovilidad: la tierra agredida, masacrada y destruida por hombre. Hoy propone un viaje fantástico por las entrañas del globo terráqueo, una radiografía de las fuerzas telúricas desatad Pero que el autor controla muy bien sobre el lienzo, lograi un excelente equilibrio armónico del color y una exquisita calidad de las texturas como elemento expresivo. El resultado es una propuesta conceptual de gran impacto visual y estético. El hombre, es de nuevo el objetivo en la mira de Roben Lizano. Con virtuoso dibujo crea una serle de retratos sobi cajas de cartón, que transforma con ayuda de un bisturí, c unos toques de acrílico y collage en un objeto de arte que sorprende pues busca un acercamiento de juego con el espectador. Si tuviéramos que definir a Roberto Lizano, diríamos que es irreverente, espontáneo, creativo, sincere original, valiente, en fin un verdadero artista. El tema del retrato es escogido también por José Miguel Rojas. Se trata de catorce cuadros de pequeño formato Inspirados en fragmento de un escrito de Marta Traba ".... idea del retrato está ligada con la Idea central de la vida y muerte" Este género que desde el renacimiento experimenta un gran

auge, debido a la creciente necesidad de mostrar su status y de inmortalizarse, en Rojas destaca como una perfecta unidad. Con un lenguaje contemporáneo, dentro de una sensibilidad expresionista que lo caracteriza, une esta investigación a sus reconocidas imágenes del poder. No hay ruptura, al contrario, su obra sigue siendo una clara reflexión sobre el hombre y transmite el drama humano con eficacia. Florencia Urbina escoge significados muy claros para lograr una comunicación masiva. Por lo tanto, al igual que en la tira cómica, concentra la acción, fracciona con arbitrariedad, transmite una visión esquemática de temas actuales en los que sobresalen famosos personajes de la política.

Urbina con gran lucidez e ingenio, se arma de una sólida capacidad crítica, para dejar constancia por medio de su obra, algunas veces de forma irónica, caústica o burlesca, su posición ante el acontecer económico, político o social mundial. Para abordar las obras de Leonel González, Mario Maffioli, Fabio Herrera y Miguel Hernández, hay que separar la realidad del realismo y aceptar una

nueva forma de ver el mundo exterior.

Tenemos que admitir que figuración no quiere decir realismo. Las gentes y paisajes de la zona atlántica, son los temas preferidos por Leonel González. Sus personajes se simplifican, se alargan, en suma se estilizan, como parte de una búsqueda constante del artista. Leonel se apoya en la realidad, la purifica, y propone una nueva posibilidad de comunicación; construye sobre un bastidor de grandes proporciones, un mundo de gran riqueza cromática y de texturas en que el espectador puede adivinar la iconografía propia del autor.

Mario Maffioli, por medio de un proceso de síntesis establece un sistema de relaciones entre un lenguaje abstracto de zonas planas, machas de color de apariencia gestual, raspaduras, con elementos figurativos, motivos realistas o representaciones geométricas. El aspecto de su arte es espontáneo, sin embargo es reflexivo y producto de una constante investigación sobre las posibilidades del color. Las palabras de Kandinsky De lo material a lo espiritual, es lo que Fabio Herrera plasma sin lugar a dudas en sus últimas creaciones. El resumen del alejamiento de las categorías cerebrales para dejar paso a la reacción inmediata de los sentidos y la emoción. Construye el espacio en tres dimensiones, perspectiva, planos de color y luz, contrastes que animan la superficie y logra una ambientación misteriosa, en suma, crea una nueva realidad. Dentro de esta misma tendencia que podríamos definir como un arte abstracto que no elude la realidad sino que plantea una forma distinta, se inserta también la obra actual de Miguel Hernández. Sus inicios en el arte lo definen como un artista figurativo realista. Luego mediante un proceso de estudio y maduración técnica y conceptual, propone al espectador una obra de la que se puede hacer una lectura inteligente. Algunas veces la mezcla de signos o símbolos por su intensidad sorprenden al espectador. Hoy presenta en esta exposición una tela de gran formato, que se distingue por la austeridad y economía de color. Sobre esa estructura plana monocroma coloca haces de luz, y el resultado lo podemos definir como figuración en la proximidad. De carbón y de sangre titula Ottón Solís esta instalación que presenta en los Museos del Banco Central. Con un lenguaje propio, una gran necesidad de comunicar y sensiblemente marcado por las vivencias de su infancia y adolescencia, Ottón Solís propone una obra litúrgica-mágica. Mezcla en la tela; el expresionismo abstracto y en la instalación la investigación del espacio y la perspectiva. Además agrega elementos naturales para obtener un objeto estético que lleva indiscutiblemente el sello de su personalidad. Sin duda alguna, el espectador después de contemplar esta exposición, podrá constatar la existencia de múltiples propuestas creativas y participativas, al igual que una atomización de formas de expresión tanto formal como conceptualmente. Precisamente este es el manifiesto plástico de Bocaracá: una coherencia que se mueve en la diversidad y en la diferencia. La consigna es de seriedad, investigación trabajo y honestidad; el resultado es una obra que mantiene la calidad y su propia individualidad.

Exposiciones del Grupo

2003

Arte Público. Centro Nacional de la Ciencia y la Cultura. San José, Costa Rica. Bocarrcá, (serigrafías). Galerie du donjon de Bassoues d’Armagnac, Gers -Francia. Bocaracá, (serigrafías). Casa de la Cultura. Cartago, Costa Rica. Viva la pintura-Bocaracá, Museo Calderón Guardia, San José, Costa Rica Veneno Bocaracá. Galería Nacional, Centro Costarricense de la Ciencia y la Cultura, San José, Costa Rica.

2002

Bocaracá, (serigrafías). La Ventana. San Salvador, El Salvador.

2001

Bocaracá. Galería WILD. Lahr, Alemania.

2000

Bocaracá. Alianza Francesa. San José, Costa Rica.

1999

Bocaracá Bocaracá. Galería Alternativa, San José, Costa Rica

1998

Bocaracá. Galería Nacional. Centro Costarricense de la Ciencia y la Cultura. San José, Costa Rica.

1996

Bocaracá. Galería Roberto Lizano. San José, Costa Rica. Pequeño formato, Grandes artistas. Galería Roberto Lizano, San José, Costa Rica Bocaracá. Pintura contemporánea de Costa Rica. Capilla de los Remedios. Santo Domingo, República Dominicana. Bocaracá. Casa de la Ciudad. Cartago, Costa Rica. Bocaracá. Instituto Tecnológico de Cartago. Cartago, Costa Rica.

1995

Bocaracá. Obras recientes. Centro Cultural Español-ICI. San José, Costa Rica Bocaracá. Galería Roberto Lizano. San José, Costa Rica.

1992

Bocaracá. Museo de Arte Contemporáneo. Cuidad de Panamá, Panamá. Bocaracá. Museos Banco Central de Costa Rica. San José, Costa Rica. Bocaracá. Facultad de Bellas Artes. Universidad de Costa Rica. San José, Costa Rica. Presencia Gráfica del Grupo Bocaracá – Costa Rica. Museo de la Estampa. México D.F., México. Bocaracá, (serigafias). Museo Etnohistórico de Limón. Limón, Costa Rica. Bocaracá. Galería Enrique Echandi. San José, Costa Rica.

1991

Bocaracá. Museos Banco Central de Costa Rica. San José, Costa Rica. Bocaracá, (serigrafías). Museo de Pérez Zeledón. San Isidro de General, Costa Rica. Bocaracá, (serigrafías). Casa de la Cultura. Puntarenas, Costa Rica. Bocaracá. Vestíbulo Teatro Melico Salazar. San José, Costa Rica.

1990

Bocaracá. Colegio Internacional SEK. San José, Costa Rica.

1989

Bocaracá. Galería Nacional de Arte Contemporáneo (sede Sala Julián Marchena, Museo de Arte Costarricense). San José, Costa Rica.

-Escultura

José Sancho

En 1935 nace en Puntarenas, Costa Rica. Dedica varios años de su vida a estudio y ejercicio de la economía.

Como parte de su educación artística autodidacta, visita México, Perú, India, Italia, Grecia, Rumanía (para conocer la obra monumental de Brancusi, quien es su principal inspirador), Argentina, Alemania, Asia Central, China, Egipto, Medio Oriente, Africa, la Antártica, las Islas Galápagos y la Isla de Pascua.

A partir de 1982 se dedica por completo al trabajo escultórico.

Ha realizado numerosas exposiciones individuales, la primera de ellas en 1975. En Jerusalén expuso en 1987. Fue invitado a exponer en la “Maison L´ Amerique Latine” en Paris, en 1989, y por invitación del Museo de Arte de las Américas expuso una obra monumental en Washington en 1990. En agosto de 1991 fue invitado a realizar un trabajo de características similares en Kirguizia, Asia Central.

Desde 1992 viaja periódicamente a Carrara, Italia, a laborar directamente el mármol en el estudio Nicoli y durante 1995 expuso en West Palm Beach, Bruselas y Ontario. En el año 2001 expuso en Chicago y en Lahr, Alemania y en desde año un conjunto de obras donadas al INBIOparque se expone permanentemente en sus jardines. PREMIOS Y DISTINCIONES Premio Ancora 1976 Medalla de Oro Salón Anual de Escultura MCJD 1978 y 1983. Premio Nacional de Escultura 1985. Gran Premio de la Bienal de Escultura 1997.

Jorge Enrique Jiménez Martínez

(Heredia, Costa Rica, 4 de octubre de 1954), es un escultor y arquitecto de origencostarricense, mejor conocido como Jorge Jiménez Deredia.

Habiendo comenzado su carrera en su país natal, Deredia se trasladó a Italia en 1976, país en donde ha desarrollado gran parte de su obra recibiendo aclamación internacional y privilegios únicos, siendo tal vez los más importantes el ser el primer escultorlatinoamericano en colocar una obra en la Basílica de San Pedro, ubicada en el Vaticano, y ser el primer artista contemporáneo en exponer sus obras en el Foro Romano, entre otros sitios de la capital italiana.

El tema de la maternidad es recurrente dentro de la obra de Deredia. La maternidad en sus obras representa el desarrollo al tema de la fecundidad y el nacimiento; Deredia representa este tema a través de formas esencialmente orgánico-simbólicas, como la esfera, el útero y el seno.

La esfera es un elemento recurrente en Deredia: inspirado en las esferas precolombinas de la antigua cultura Boruca de Costa Rica, Deredia ha declarado que gracias a ellas puede entender la dimensión de su espiritualidad y la espiritualidad de su pueblo natal.

Mediante estos símbolos presentes en sus obras, Deredia pretende recuperar los valores espirituales de los pueblos indígenas. Al recuperar tales valores, los ofrece renovados para así poder "activarlos".

La esfera precolombina representa para el escultor, esencialmente, un mensaje de armonía y el encuentro del individuo consigo mismo.

Por otro lado, la Génesis representa para el artista la evolución de la vida, los diferentes momentos de la vida. Deredia considera que cada individuo es "polvo de estrellas", que se ha transformado, transmutado; el individuo es fruto de la transmutación. La Génesis describe los diferentes pasos de esa transmutación: se nace, crece y muere. Las esculturas del artista representan ese fenómeno de transmutación.

Desde ese mismo año, y hasta la mitad de los años 80, Deredia creó obras que se caracterizaban por presentar rasgos toscos, de figuras aullantes. Estas obras más que todo reflejaban sentidos de malestar, rabia e incertidumbre. Con ellas, Deredia quería mostrar una "huella latinoamericana".

Es en esta época también que Deredia empieza a trabajar por medio de sus obras el tema de la maternidad, incrementándose especialmente después de 1978, año en que nació su hijo Esteban.

Cuando obtuvo su Licenciatura en Escultura de la Academia de Bellas Artes de Carrara, Deredia decide estudiar arquitectura en la Universidad de Florencia, de 1980 a 1986.

Los años vivídos en Florencia le permitieron despertar nuevos estímulos que cambiaron su acercamiento en lo que respecta a su obra artística, profundizándose así en el período renacentista. Todo este movimiento artístico intelectual, aunado a la recuperación de la cultura costarricense (particularmente las esferas precolombinas propias de la cultura Boruca), permiten a Deredia fortalecer su visión globalizante del Ser con el Universo.

Las esferas precolombinas influyen en el escultor, haciendo que este centre su atención en las formas y el material utilizado en las mismas, además de la función y la simbologíaligada a la figura de la esfera y el círculo en si.

Así, la esfera se transforma en un modelo, en un molde, que permite al escultor enfatizar en los dibujos de tinta china de 1985 y la primera Génesis.

Es en ese mismo año que el escultor adoptó su nombre artístico, Jorge Jiménez Deredia, como contracción de "de-Heredia", la ciudad natal del escultor. Este cambio fue producto de lo que el crítico francés Pierre Restany denominó "el momento de iluminación cósmica". El crítico afirmó en ese entonces que Deredia nació como artista en ese año porque "descubrió la alquímia de la esfera precolombina". Desde entonces y en adelante, resultan bastante claras y definidas las líneas de pensamiento que acompañan la producción artística del escultor.


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